Un artículo publicado en la revista Nature Climate Change concluye que el cambio climático ha aumentado en un 12.8 % la mortalidad global atribuida al humo de incendios forestales. La investigación, que involucró a expertos como Stijn Hantson, profesor de la Universidad del Rosario de Colombia, destaca a América del Sur, Australia y los bosques boreales de Asia como las zonas más afectadas, donde el cambio climático ha intensificado la temporada y extensión de los incendios, impactando en la calidad del aire y la salud humana.
Los investigadores estiman que anualmente mueren 98.748 personas en todo el mundo por la inhalación de humo de incendios, de las cuales alrededor de 12.000 muertes son atribuibles al cambio climático. El humo contiene partículas PM2.5, las cuales son altamente nocivas para la salud.
Chae Yeon Park, del National Institute for Environmental Studies de Japón, junto a sus colegas, utilizó modelos de vegetación y fuego para evaluar el cambio en las emisiones de incendios entre 1960 y 2019. Compararon simulaciones históricas con un modelo sin cambio climático para medir el aumento en la mortalidad. Los resultados mostraron que, mientras en la década de 1960 el cambio climático aportaba entre el 1 % y el 3 % a las muertes por incendios, en la década de 2010 este porcentaje aumentó hasta un 28 % en algunas zonas.
El estudio señala que las áreas cercanas a pastizales tropicales y bosques templados, especialmente en América del Norte y Europa, son altamente vulnerables debido al transporte de partículas y la exposición poblacional. Aunque la relación directa entre el cambio climático y los incendios es compleja de atribuir en algunas regiones, los autores subrayan un vínculo claro entre el cambio climático y la mortalidad por humo en distintas zonas del mundo, evidenciando la necesidad de políticas de mitigación urgentes.