Por su similitud en sus condiciones climáticas, el Sudeste Asiático y algunas subregiones de nuestro país tienen en común una gran cantidad de ingredientes que le han permitido al chef Rodrigo Isaza, en su restaurante ParaleloDiecisiete, acercar dos cocinas geográficamente distantes.
Una cena de cinco momentos diseñada por el chef de ParaleloDiecisiete y el equipo de cocina de San Carbón, con el maridaje del sommelier de Dislicores, Luis Fernando Valencia, es la propuesta de la que podrá disfrutar un grupo de suscriptores de la versión impresa de Vivir en El Poblado (que serán seleccionados al azar y contactados telefónicamente el miércoles 11 de mayo).
La Noche de Gastronomía del Sudeste Asiático también presentará un conversatorio entre el chef y el sommelier, con la moderación de Juan Felipe Quintero, de Los Vinos de Quintero y columnista de La Buena Mesa de Vivir en El Poblado.
Para participar por un pase doble para esta cena programada para el jueves 12 de mayo a las 7:30 pm en San Carbón, solo debe suscribirse gratuitamente a la versión impresa de Vivir en El Poblado (debido a que la distribución de nuestro periódico se realiza en la Comuna 14, esta invitación aplica solo para residentes de El Poblado) en el teléfono 268 2758 o en el correo [email protected] enviándonos su nombre, cédula, número de celular y los datos básicos de su residencia.
El menú
Rollitos primavera de pollo y vegetales salteados, acompañados de una ensalada fresca y un chutney de mango, maridados con un vino espumoso seco Trapiche Extra Brut, componen el primer momento de la noche.
El tercer momento es un pescado al curry en leche de coco, maridado con un vino blanco Memoro, de la casa italiana Piccini, que va muy bien con pastas en salsas blancas y con terneras a la milanesa.
El siguiente manjar es un lomito de cerdo en salsa bbq oriental sobre una cama de vegetales al wok, junto a un tempranillo español Rioja Claret, un vino tinto seco joven “que aporta acidez y que no es muy invasivo”, señala el sommelier Valencia.
Los franceses dominaron oficialmente Vietnam durante más de 70 años, su influencia se ve representada en el momento final de la cena: una crème brûlée de mango, fruta muy común tanto en el Sudeste Asiático como en Colombia. El compañero de este postre es un vino rosado francés Rosé D’Anjou.
2 tazas de crema de leche.
3 cucharadas de azúcar.
3 yemas de huevo.
3 mangos grandes maduros.
Preparación
En un recipiente, batir las yemas de huevo con el azúcar (las tres cucharadas). Calentar un poco la crema de leche (sin que llegue a hervir) y luego agregarla poco a poco a la mezcla anterior, revolviendo hasta integrar completamente.
Verter la mezcla en un molde y llevarla al horno a 80 grados centígrados, durante 45 minutos aproximadamente. Retirar y dejar enfriar. Cortar el mango en mitades y retirar la fruta de cada una de ellas. Cortar la fruta retirada en cuadritos.
Poner créme brûlée sobre cada una de las cáscaras, agregarles cuadritos de fruta y espolvorearlas con la suficiente azúcar para lograr una capa blanca. Con un soplete caramelizar la azúcar. Una alternativa, si no se tiene un soplete, es elaborar un caramelo líquido con agua y azúcar, y verter sobre la créme brûlée y los cuadritos de mango (en este caso, no espolvorear con azúcar las porciones ). Servir y decorar con hojitas de hierbabuena fresca.