La Valorización, al cierre de gestión de la administración de Aníbal Gaviria, era la mayor expresión de gestión pública en décadas en El Poblado y en un trimestre pasó a ser colección de esperpentos: Los Parra y su conexión a medias con Patio Bonito; el puente de El Tesoro, que funciona al revés del tráfico; Los Balsos con la Inferior, que hoy carga otro problema: la inclinación de cuatro centímetros, aun sin estrenar, en un muro del nuevo túnel.
Y continúan los problemas: en la Superior con la 10 debieron entregar en febrero, pero la última promesa señaló junio. O en la salida de Castropol a Las Palmas: se están tardando 6 meses más y adicionaron el presupuesto en 291 millones de pesos.
Problemas que recaen en la Alcaldía, como administrador de la Valorización, (podrían sumarse la acción popular que frenó la construcción de la segunda calzada de la 34 o la demora en la respuesta a contribuyentes que tienen solicitudes de revisión en trámite y que pueden generar mayor o menor valor) ¿Y quién paga? Paga el que ya cumplió o viene cumpliendo con su contribución, con demoras y extrarrecorridos, incomodidad, ruido, polvo, malos olores…
Cuando el ciudadano incumple, está previsto que el Municipio le recargue la deuda con intereses de mora. Y si su atraso supera las seis cuotas o un valor superior a dos salarios mínimos, pierde el beneficio del plazo y le cobran por la Jurisdicción Coactiva. ¿Pero qué ocurre cuando el Municipio incumple? No es equilibrado que estén establecidas las sanciones para el ciudadano colgado, pero el Municipio, al que se le salió de las manos el proyecto, salga limpio.
Cabe la posibilidad de que los contribuyentes lideren un trámite de acción de cumplimiento o una acción de grupo, para que la Alcaldía honre sus compromisos. También que soliciten indemnizaciones por los perjuicios causados, incluso, la figura de que a mayor plazo de entrega de obras, mayor plazo para que el ciudadano pague.
Figuras hay muchas para defender al contribuyente, hoy no solo afectado por las obras, sino por una actitud pasiva y permisiva frente al desmadre. Bien se dice que cuando el problema es de muchos, es de nadie.