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Las obras del Museo de Antioquia… una visita guiada |
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Calle de Montevideo (Ed. 362) Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor de Artes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
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La obra debió ingresar a la colección del Museo a raíz de la exposición que el artista realizó en Medellín en 1963 |
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“Calle de Montevideo”, del pintor y escultor uruguayo Alceu Ribeiro, impresiona por el contraste entre el color y el dibujo. El artista crea, en un primer momento, un fondo de color libre y desestructurado, con pinceladas amplias y sueltas, en las que predominan el rojo y el amarillo; y solo después, sobre el fondo así creado, planta unos trazos oscuros que determinan las formas de manera contundente. Pero en ese contrapunto entre la expansión sensible del color y el rigor estructural de los trazos no hay solo una estrategia para la realización de este cuadro, sino también una manera de concebir la creación artística. Alceu Ribeiro, nacido en Artigas, al norte de Uruguay, en 1919 y quien desde hace tres décadas vive en Palma de Mallorca, en España, ha estado relacionado durante toda su vida con las ideas estéticas constructivistas de su maestro Joaquín Torres García, uno de los principales artistas en la historia del continente americano. De paso, ello nos indica que la obra de Ribeiro no se ha desarrollado en la búsqueda de la originalidad permanente sino, más bien, en la reflexión y el despliegue de unas ideas compartidas con otros creadores. “Calle de Montevideo” es una pintura al óleo sobre cartón, de 50 por 70 centímetros, firmada por Ribeiro pero no fechada. De todas maneras, la obra debió ingresar a la colección del Museo a raíz de la exposición que el artista realizó en Medellín en 1963. Como en gran parte del trabajo de Alceu Ribeiro, esta pintura presenta un contexto urbano, no tanto por los temas callejeros que trata sino, sobre todo, porque el espacio que desarrolla corresponde a las condiciones de experiencia de la ciudad contemporánea. Es decir, lo que aquí aparece es la congestión de gente, edificios, vehículos, letreros y elementos de amoblamiento, que nos obliga casi siempre a una mirada muy cercana, en primer plano, y deja de lado la experiencia del espacio en profundidad, de calles y plazas libres, que había preferido el arte desde la época del Renacimiento. Y es entonces cuando adquiere todo su sentido el contrapunto entre el color y el trazo. El color está esencialmente vinculado con la sensibilidad y la experiencia, de la misma manera que aquel contacto inmediato que se nos impone en el paisaje urbano. Frente a ello, se plantea el rigor y control del trazo que establece las diferencias entre las formas, como una reflexión que posibilita el análisis y la comprensión. En otras palabras, en “Calle de Montevideo” Alceu Ribeiro plantea su concepto del arte como una dimensión en la cual confluyen sensibilidad y razón; y porque en la obra cada una mantiene su vida propia, crean juntas una estructura de conexión vital con la realidad. El proyecto de Ribeiro no se limita, pues, a lograr la proporción y la armonía de un cuadro sino que se refiere a la acción humana y, por tanto, postula la vinculación fundamental entre valores éticos y estéticos. |
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