En el debate en el Concejo de Medellín sobre la enajenación de la parte que tiene EPM en Isagén, el gerente General de Empresas Públicas de Medellín, Jorge Londoño de La Cuesta, reveló que la empresa de servicios públicos podría dejar de recibir cerca de 120.000 millones de pesos, luego que el accionista mayoritario, la canadiense Brookfield dijera que no se van a repartir los dividendos de la generadora de energía.
Londoño de La Cuesta insistió que para los intereses de EPM es vital que se haga la venta del 13,14 por ciento que tiene en Isagén por las implicaciones futuras. Entre otras cosas, porque dentro de las determinaciones que tome la canadiense EPM no tendrá voz ni voto y se tiene que acoger a unas determinaciones que podrían representar la pérdida de un importante capital.
“Toma decisiones el mayoritario y yo simplemente estoy con el patrimonio amarrado, atrapado y sin posibilidades de hacer nada. Se presenta la oportunidad de liberar esos recursos para tener control sobre ellos”, señaló el Gerente General de EPM.
Así mismo, dijo que tienen la información que los otros accionistas minoritarios venderían sus partes y cuando esto suceda, seguramente la acción será deslistada de la bolsa y así sería otra gran pérdida para la empresa.
Lea: “No habría plan B, si el Concejo no aprueba nos quedamos con esa parte de Isagén”: Jorge Londoño
El Gerente también dio luces sobre el supuesto caso que el Consejo apruebe la enajenación, en qué podrían ser invertidos esos recursos económicos.
“Esta administración ha considerado trabajar en tres megas: la social, la ambiental y la financiera. Tenemos un programa para normalizar la conexión de 40 mil hogares en Medellín, ese es un programa que le puede costar a la empresa cerca de 100 mil millones de pesos y también EPM tiene un plan de inversiones de mediano plazo en todo el departamento como la central Hidroituango y a esa central hay que invertirle cerca de cuatro billones de pesos en los próximos años”, agregó.
Una de las preocupaciones que rodean la actual situación y el proceso de venta de ese 13,14 por ciento es que Brookfield tiene un plazo límite cercano a los cuatro meses para recibir ofertas sobre los otros accionistas que quieran vender y hasta el momento ha transcurrido aproximadamente un mes y medio, lo que disminuye los tiempos y presiona las decisiones.