Uno de mis libros preferidos es Factfulness de los hermanos Rosling, quienes nos muestran un panorama optimista de la humanidad, respaldado por hechos y datos verificados, desafiando así los sesgos cognitivos que a menudo influyen en nuestra percepción del mundo que nos rodea.
Una de sus citas es:
“Los datos son como luces en un túnel. Cuando buscas en un túnel con la única luz de una linterna, solo puedes ver un poco más allá de ti. Pero cuando enciendes las luces del techo, puedes ver la forma y la longitud del túnel”.
Esta perspectiva me ha llevado a ser un optimista (o tal vez un incrédulo) fundamentado en datos, incluso al tomar decisiones sobre la crianza de mis hijas, basándome en libros como Cribsheet. Como la incertidumbre inherente al ecosistema y a la paternidad me ha enseñado que no existen certezas ni respuestas únicas, los invito en esta columna a retar algunos paradigmas del ecosistema:
- El objetivo del emprendedor es levantar capital. La inversión de capital de riesgo ha disminuido alrededor de un 40 % en los últimos años a nivel mundial. Lo cual aumenta los niveles de exigencia a los emprendedores e implica buscar nuevas formas de financiación. Este contexto retador ha ayudado a disipar “el humo” y a recordar que es más importante generar ingresos que levantar capital y sin lo primero, no hay sostenibilidad.
- Necesitamos más unicornios. Los unicornios se han idealizado en la jerga del emprendimiento, sin embargo no se puede olvidar que convertirse en “unicornio” no es el destino de un emprendimiento. Colombia necesita más “exit” (salidas) y cerrar el ciclo, recirculando flujo de capital en el ecosistema para lograr sostenibilidad. Un ecosistema exitoso se construye sobre las relaciones entre los elementos, no solo es un listado de unicornios.
- Hay que ganar concursos de emprendimiento y obtener capital de fomento. Estos incentivos son clave para un ecosistema sano, sin embargo para madurar como ecosistema debemos subir la exigencia y dejar a un lado el paternalismo y asistencialismo. Un inversionista extranjero me dijo una vez: “Sospecha del emprendedor que gane más de dos concursos al año, a menos que su propuesta de valor sea ganar concursos, puede estar perdiendo foco”.
- Hay que salir de Colombia y pensar global. Esto es cierto, pero hay que hacerlo bien. Colombia es el tercer país con mayor población y número de empresas en Latam, siendo un gran mercado para emprendedores extranjeros que sueñan con entrar aquí. Entonces, ¿por qué no aprovechamos esta ventaja competitiva antes de salir a comernos Latam y el resto del mundo?
- Medellín, la ciudad más innovadora. Hace más de 10 años que la ciudad recibió este reconocimiento que trajo orgullo y beneficios a la ciudad, pero debemos superar esta etiqueta y afrontar que los números (especialmente en emprendimiento) no nos respaldan. Un ecosistema de emprendimiento requiere volumen (se estima que solo el 10 % sobreviven) sin entrar en la discusión de cantidad vs calidad. Necesitamos más emprendimientos de base tecnológica y de mayor calidad. Bogotá tiene más del doble que Antioquia y si nos comparamos con ecosistemas maduros como Israel, la diferencia es de más de 20X. Una de las claves está en la educación, necesitamos educar más emprendedores que empleados y fortalecer las universidades locales como fuentes de emprendimientos.
¿Cuáles más identifican? Rompamos paradigmas, retemos el ecosistema y trabajemos articuladamente para fortalecerlo con hechos y resultados tangibles.