El 1 de agosto del año pasado, cuando el representante a la Cámara Daniel Carvalho presentó ante el Congreso de la República el proyecto de Ley contra el Ruido, no logró el eco -valga decir, el ruido- que merecía la iniciativa. Pero en medio del jolgorio propio del mes de diciembre, el tema empezó a cobrar más importancia. Algo que llenó de optimismo al representante antioqueño: “Yo estoy feliz, porque el primer paso del ciclo de las políticas públicas es el agendamiento entre la ciudadanía”.
El proyecto de ley fue presentado en conjunto entre 20 congresistas de diferentes corrientes políticas, y para su elaboración, según informa Carvalho, recibió la ayuda del ministerio de Medio Ambiente, el Área Metropolitana de Medellín, y las alcaldías de Bogotá, Cali y Medellín. El objetivo del proyecto es “que haya claridad normativa y administrativa”, ya que en Colombia las normas que regulan este problema están dispersas, y no están definidas las responsabilidades institucionales.
Se trata, entonces, de fortalecer las capacidades institucionales y ciudadanas para la gestión integral del ruido. Así lo explica el representante Carvalho: “Actualmente, falta la claridad normativa para saber cuáles son las sanciones y quiénes las imponen. El proyecto de ley pone en manos del ministerio del Medio Ambiente la elaboración de una política pública nacional, de manera que la real aplicación de esto va a estar en manos de las autoridades locales. Esta ley pretende dejarles unas obligaciones a los municipios, por ejemplo, cuando se hace el plan de ordenamiento territorial”.
El congresista ha estado dialogando con los nuevos mandatarios locales, con el fin de animarlos a incluir en los nuevos planes de desarrollo la obligación de elaborar un plan de gestión del ruido. “Mi laboratorio es Medellín, donde ya tenemos un borrador de un modelo de gestión y un mapa del ruido, con los puntos más críticos identificados”, afirma. Su proyecto incluye una propuesta concreta: “Yo pienso que las ciudades deberían dotarse de una especie de brigadas contra el ruido, funcionarios debidamente capacitados y con la autoridad de imponer sanciones. Debemos entender que hay diferencias culturales con respecto a la percepción del ruido, y por eso es que queremos dejarles herramientas a las autoridades locales”.
A vivir mejor
Las discusiones que se han generado alrededor de este proyecto en todo el país, según afirma el congresista Carvalho, han puesto sobre la mesa nuevos aspectos, que los ponentes tendrán en cuenta. “Estamos incluyendo el tema de las vibraciones mecánicas, por ejemplo, y un punto relacionado con el manejo del ruido en los sitios turísticos”.
El proyecto de la Ley contra el Ruido incluye también un componente pedagógico. “Aunque sabemos que los cambios en cultura ciudadana requieren 10, 15 o 20 años, consideramos importante empezar a hablar de este tema. Como urbanista, mi preocupación siempre ha sido: ¿Cómo hacemos para vivir mejor? Y este es uno de los temas claves. Debemos elevar nuestro estándar de calidad de vida, no acostumbrarnos o resignarnos a vivir maluco”. Al final, dice, “es un tema de acuerdos ciudadanos”.
¿QUÉ SIGUE PARA EL PROYECTO?
El proyecto de ley ya tuvo el primer debate en la Comisión Quinta, que es la de asuntos ambientales. Se espera que en la primera semana de febrero se dé el segundo debate, en plenaria de la Cámara de Representantes. De ahí pasa a Comisión Quinta del Senado y, finalmente, a la plenaria del Senado. El representante Carvalho espera que sea aprobada en el primer semestre.