Dentro de la Universidad Nacional sede Medellín está el herbario más antiguo en funcionamiento continuo del país, el Gabriel Gutiérrez Villegas.
Conocido internacionalmente como MEDEL, por las primeras 5 palabras de Medellín, este herbario completa casi 100 años siendo el repositorio de muestras botánicas, más de 60.000 ejemplares, de Antioquia, Colombia y el mundo.
Jorge Pérez, director del herbario y doctor en biología vegetal, explica que este tipo de lugares “son como bibliotecas de plantas en términos muy sencillos y son la referencia física que se puede ver, en un solo sitio, de los nombres científicos de plantas de un lugar o de muchos lugares”
El Herbario MEDEL, con armarios llenos de carpetas de plantas secas, clasificadas por familias y con una ficha que da cuenta de su nombre y lugar de origen, es una herramienta para el estudio e investigaciones de la región.
La colección del herbario ha ido en crecimiento desde su fundación en 1927, por los puertorriqueños Rafael Andrés Toro y Carlos Chardón, en la entonces Escuela Superior de Agricultura Tropical y Veterinaria (que después se transformó en la Universidad Nacional sede Medellín).
Entre las recolecciones que se hicieron en sus inicios, resaltan las de profesores vinculados al herbario como:
-William Andrew Archer, que entre 1929 y 1930 recolecto 2.000 ejemplares en Antioquia.
-Walter Henricks Hodge y Fred Alexander Barkley, quienes sumaron más de 5.000 especies de toda Colombia, entre 1945 y 1949.
Las expediciones constantes, que en entre los años 20 y 30 eran en el Valle de Aburrá y sus alrededores, fueron expandiéndose hasta abarcar varias zonas del país desde los años 40. Asimismo, el herbario ha recibido donaciones, como la hecha por el colegio San José de La Salle en 1975, con más de 6.000 especies. Investigaciones y salidas de campo también nutren en la actualidad al herbario.
La información a la que profesionales en botánica pueden acceder en el herbario es usada para la planeación y conservación, explica Jorge Pérez: “’Por ejemplo, de qué regiones o qué sitios son importantes para hacer conservación depende de toda esta información, porque si no se conoce qué hay, no se sabe si la vegetación es simplemente vegetación común o es muy específica”’.
También se usa para los estudios que permiten elaborar los libros rojos, documentos que identifican especies en vía de extinción en el país.