Hay heridas que siguen abiertas. El psicólogo Juan Carlos Posada analizó para Vivir en El Poblado el proceso de duelo de las víctimas, que también involucra a toda la ciudad
Por Catalina Peláez
El 12 de octubre, hace dos años , colapsó la torre 6 de la unidad residencial Space. Aquel día 12 personas fallecieron y más de 150 familias fueron evacuadas. Posteriormente, un equipo de ingenieros civiles contratado por la Alcaldía para estudiar las causas del colapso de la torre, determinó que el edificio debía ser demolido. Fue así entonces como el 27 de febrero de 2014 la torre 5 del edificio Space fue implosionada y el 23 de septiembre del mismo año se demolió por completo el resto de la estructura.
A la fecha se cuentan más de 300 familias afectadas por la tragedia.
¿Qué es el duelo?
“La palabra duelo representa dolor, desde el punto de vista sicológico es muy importante que la persona lo sienta, eso quiere decir que un duelo bien hecho significa expresar la mayor cantidad posible de dolor. Un duelo mal hecho, se refiere a una persona que no se permite expresarlo. Duelo significa asumir, vivir y expresar intensamente el dolor”.
¿Cuáles son las etapas del duelo?
“La primera etapa es la negación: no lo puedo creer, esto es increíble, esto parece un sueño, parece una cosa irreal. Comienza una segunda etapa que es la de rebeldía, furia, enojo, culpa hacia mí y hacia los demás: ¿yo por qué compré ahí?, ¿la constructora por qué me vendió? La tercera etapa es la resignación, y es proporcional a lo que tengo como esperanza o lo que no tengo como esperanza. Y viene una cuarta etapa del duelo que es la esperanza”.
¿Frente a la tragedia de Space también se puede hablar de un duelo de ciudad o colectivo?
“Se podría decir que sí, quienes en primer lugar sufrirían el duelo más intenso serían los propietarios, las familias de las víctimas y de allí el entorno inmediato de estos, es decir el resto de la familia cercana, amigos, compañeros de trabajo. Las personas que viven en otras unidades residenciales de la zona, seguramente también tuvieron que vivir el duelo, porque los llevó a pensar que también les pudo haber pasado. Entonces sí se puede hablar de un duelo de ciudad, si se tiene en cuenta que fue un hecho inesperado, de una magnitud enorme y que permeó de una manera u otra a toda la sociedad que se sintió muy triste frente al hecho”.
Hay otro duelo: el que tuvieron que vivir los niños que habitaban Space, Continental Towers y Asensi.
“Decimos los expertos que el principal duelo es para los padres. Si esos adultos elaboran un duelo, y saben hablar de esperanza, de poner la situación en una perspectiva positiva frente a los niños, estos asimilarán el impacto de otra manera”.
Hay otros efectos, tal vez invisibles: la ruptura de familias, la separación de parejas.
“Hay algo que los psicólogos llamamos proyecto de vida o proyecto vital, y la vivienda en una familia o una pareja, es uno de los elementos más importantes de ese proyecto. Al no haber vivienda, no hay lugar donde refugiarse, donde construir vida conjuntamente. Muchas parejas posiblemente consideraron que el final de un proceso era tener esa vivienda para estar juntos, y al no haberla, afecta ese proyecto de vida conjunto. El simbolismo de la casa, del hogar, es una cosa profunda para el bienestar y la estabilidad de cualquier persona”.
¿En esta tragedia podemos hablar de varios tipos de duelo? Porque están los residentes, las familias de las víctimas, los vecinos…
“Hay tantos duelos como personas, y tantos duelos como el significado de la pérdida. El duelo es personal, según lo que yo considere y signifique que para mí es una pérdida. Para una persona puede significar una pérdida grande su televisor, otra por ejemplo podrá decir mi pérdida fueron esos libros ya leídos que tenía subrayados. Seguramente cuando les pidieron evacuar, lo que hicieron fue abrazar aquello que tenía mayor significación. Para otras personas el duelo pudo haber sido por el lugar en sí”.
¿Cuanto tiempo debe durar un duelo?
“La respuesta es imposible de dar, porque cada persona tiene su manera particular de hacerlo y las variables son, por ejemplo, el tipo de pérdida”.
¿Cuándo se puede decir que una persona elaboró el duelo?
Cuando frente a la situación del recuerdo o frente a la memoria del hecho, habla positivamente de él, como que sacó más cosas buenas que malas. Cuando es capaz de recordar la situación sin molestia, sin enojo, sin dolor”.
Testimonios
Yader Lopera: Cada día es una oportunidad
Yader, es la única persona que sobrevivió a la caída de la torre seis de Space. Pasados dos años, con contundencia en sus palabras, pero sin rabia, le contó a Vivir en El Poblado cómo fueron ese día trágico y los siguientes. “El sábado 12 de octubre estaba pendiente de Asensi y de Space, haciendo ronda, pero permaneciendo la mayor parte del tiempo en la sala de ventas de Asensi. A las 8 de la noche crucé hacia Space y cuando estaba en el sótano e iba a pedir el ascensor, escuché como cuando un pedazo de árbol se raja, di uno o dos pasos y no volví a saber nada”.
Solo supo de su existencia un día y medio después cuando despertó de un coma en la clínica. Cuenta que, pese al impacto por la caída de la torre, no sintió dolor: “Me dicen mis médicos que gracias a Dios no sentí ni vi nada, porque de lo contrario el daño psicológico hubiera sido peor”.
Recuerda que cuando despertó del coma abrió los ojos y lo primero que vio fue a una enfermera que le pregunto si sabía dónde estaba. Sus primeras palabras fueron: “¿A qué horas tengo que ir a trabajar?”.
Pasaron ocho días y Yader fue dado de alta para continuar con los cuidados en casa. No era fácil porque el golpe le produjo lesiones en la cabeza, un ojo, los brazos y las piernas. Aunque reconoce que cada día es una oportunidad para levantarse y seguir en ese camino de la recuperación, las secuelas emocionales y físicas quedan: “Me volví muy impulsivo, muy viejito cascarrabias, muy paranoico y sensible. A veces me falla la memoria, los doctores me dicen que me falta mucho más, y que el cerebro apenas se está acomodando”.
Yader tuvo una incapacidad de 8 meses y una vez trascurrió ese tiempo se incorporó de nuevo a la vida laboral. También está estudiando.
“Viví en una cosa mal hecha”
Cuenta Camilo Botero, habitante del apartamento 1117 de la torre 3 de Continental Towers, que estos han sido dos años de permanente incertidumbre. “Es muy duro pensar que viví en una cosa mal hecha. Luego vino la incertidumbre de saber dónde iba a vivir y también la económica, porque yo metí mis ahorros en ese apartamento. Yo soy soltero, cuando nos dejaron de pagar el auxilio de habitabilidad, me fui para donde mis papás. Hoy vivo con ellos”.
Espera el 60 por ciento restante
Para Juan Camilo Martínez habitante del apartamento 609 de la torre 4 de Space, ha habido muy pocos avances frente a los distintos procesos de cara a la resolución de esta tragedia. Dice que ha sentido que “el tiempo corre lento”. A Juan Camilo CDO le reconoció el 40 por ciento del valor de su apartamento, ahora, está a la espera de la venta del lote donde se levantaba la unidad, para que se le reconozca el 60 por ciento restante. Vive en un apartamento arrendado, que paga con sus recursos.
“La víctima número trece seré yo”
Sergio Arcila Montoya, quien habitó el apartamento 1405 de la torre 1 de Continental Towers, dice que siempre le ha dicho a CDO que la víctima número trece será él. Hoy Sergio padece una cáncer terminal. “Para mí, el impacto de ver evacuar a mi familia fue supremamente duro. Tengo mi vida limitada, el cáncer principal está en el pulmón izquierdo, pero ya hizo metástasis. CDO me arrancó la vida. Llevo 20 quimioterapias que supuestamente son para darme calidad de vida, pero me tiene vuelto nada. En ese apartamento teníamos todos nuestros sueños. A CDO tengo que decirle que lo ajeno quita lo propio y que lo mal habido se les llevará hasta lo bien habido. La ética es el sumo valor de los valores y trae abundancia y prosperidad”.