Representante legal de la Corporación cultural Nuestra Gente. “vivir en Santa Cruz es vivir en un territorio donde encontramos niños, niñas y jóvenes; población adulta alegre servicial, donde todavía existen lazos de vecindad: conozco al vecino de al lado. Es encontrar jardines, huertas y quebradas muy importantes para el territorio y lo mejor es la gente; siempre siempre hay gente en la calle y hay un niño jugando en la esquina, en la cuadra, y entonces la calle se convierte en un escenario cultural.
Lo bueno es el territorio, toda su diversidad de planos y de lomas muy pendientes. Si pasas de una calle a otra se ve la diferencia, porque la gente se apropia del espacio, es cambiante la relación con la cuadra, con la manzana; hay lazos de solidaridad; aunque se viva en un mundo que privilegia lo individual, aquí la gente se encuentra y se ayuda. Hay medios de comunicación que mensualmente cuentan qué se hace en el territorio.
Me gusta mucho la Casa Amarilla de la Corporación Nuestra Gente, por toda la memoria que tiene el lugar, una de las pocas edificaciones antiguas que quedan y mantiene una relación con lo público, con la gente. Es un espacio para encontrarse a través del teatro, la música, la danza. Tenemos un guayacán que nos da sombra para esperar el mundo.
Pero también tenemos muchas dificultades: falta mejorar la calidad de la educación, que la escuela se integre más con el territorio y que sea más fuerte la relación educación y cultura. Que no haya calles peligrosas para que un niño las cruce, es que en la carrera 52 frente a la estación del metro hay que esperar 10 y hasta 15 minutos para cruzarla. Falta señalización y un semáforo peatonal. Tenemos temas de movilidad que hay que mejorar. Otro problema fuerte es cómo dialogar los megaproyectos con la gente que habita el sector, porque sentimos que no tienen en cuenta a la gente que está en el territorio. Son iniciativas importantes pero deben estar en dialogo con nosotros”.
Gabriel Jaime Yepes
Presidente JAC Pablo VI. “Lo importante es que la comuna ha cambiado, porque de diez años para atrás las Juntas de Acción Comunal no funcionaban porque unos grupos al margen de la ley no dejaban. Estábamos como guardados, no podíamos hablar ni liderar nada. Era imposible hacer trabajo social, pero ya son como 20 años viviendo, no bien porque no es posible, pero sí con un poco más de liderazgo, ayudando al líder comunitario. Ya la gente conoce el rol de las JAC; es que habíamos perdido muchas ayudas como subsidios o mejoras de vivienda o de Familias en Acción o Buen Comienzo: eso no existía, no lo dejaban llegar. Ahora ya saben que hay un presupuesto participativo para ellos y de ellos, que no es para todos, pero bien seleccionado se debe entregar a quien lo necesite.
ya tenemos asocomunal que no existía, para resolver los problemas más grandes y tenemos conciliadores; hay unas 50 corporaciones hechas por nosotros mismos.
Me gusta que estén implementando los derechos humanos, y da buen resultado al sacar a unos muchachos que están haciendo pinitos para cosas que no deben, y los están metiendo en cultura, en deporte. Estamos muy contentos por la UVA (Unidad de Vida Articulada) que van a hacer en el barrio, porque es un alivio en recreación y deporte. Estamos muy unidos, ya los presidentes comunales no trabajan solos, si uno tiene problemas nos reunimos y ayudamos.
Es muy bonito ver que ya vivimos un poquito más tranquilos. Hay delincuencia y muchas cosas todavía pero no se meten con las JAC.
El problema más grande siempre será la drogadicción, porque empiezan muy temprano, se desescolarizan muy fácil: un niño se quiere salir del colegio y la mamá no le dice nada, que si va a trabajar pintura o albañilería y construcción. Esto es lo que más afecta, es la falta de oportunidades y las corporaciones son muchas y el presupuesto limitado. Hay que tratar de emplear a los muchachos para sacarlos de ahí”.
Gustavo Adolfo Céspedes
Presidente Junta de Acción Comunal barrio La Francia. “Vivir aquí es muy bueno, aunque tenemos muchas necesidades, pero hay que saber vivir. ¿Por qué me metí yo a la Junta de Acción comunal? porque me encanta colaborarle a la comunidad y meterme en la solución de las necesidades.
Aquí en La Francia hace mucha falta una cancha, un parque recreativo, falta una iglesia, un centro de salud. Hemos luchado y dicen que en el POT no existe el barrio, porque cuando lo hicieron no tuvieron en cuenta a quienes lo fundaron. Nosotros llamamos al Metro y a Obras Públicas para pedirles un puente peatonal frente a la estación Acevedo, sobre la carrera 52 carretera a Machado, porque para los adultos mayores y para los niños pasar a estudiar al otro lado es muy difícil. Ahí ha habido muertos y mucho herido por motos y por carros. Es muy difícil pasar.
Pero aquí tenemos mucha cosa, se ha progresado mucho, aunque necesitamos que la administración municipal se acuerde de estos barrios, porque no tenemos canchas y es muy alta la población de niños; en La Isla (barrio) hay una canchita pequeña, y en Pablo VI y Andalucía, que a veces nos prestan. Si no, cerramos las calles y las marcamos para hacer los torneos de fútbol. Eso sí, tenemos dos escuelas muy buenas”.
Julio Montoya Restrepo
Párroco de Nuestra Señora de la Asunción. “En Santa Cruz se vive la paz, la tranquilidad, la tolerancia; se respira un aire que es muy agradable. Encuentro como muy positivo que la gente proviene de pueblos, y no ha dejado sus costumbres del campo, se aferra a ellas. Así que, en medio de la ciudad lo hace sentir a uno como si estuviera en un pueblo.
Pero hay problemas, como la falta de lugares donde se pueda recrear más la comunidad, porque sólo se cuenta con una cancha de fútbol que pertenece al barrio Aranjuez. Aquí no hay canchas ni espacios deportivos. Hay deserción escolar y, como en todas partes, está el vicio de la droga que se ve en toda, toda Colombia, y que en estos barrios se da por falta de empleo; la gente termina metida en eso. Estoy viendo una realidad, y es que el bachillerato nocturno debería ser para adultos, para los que trabajan todo el día, y de noche vienen a estudiar. Pero entran muchos jóvenes y uno se pregunta entonces qué hacen en el día.
Yo también insisto en que si tenemos mascotas en nuestras casas, al menos al salir a pasearlas llevemos una bolsita para recoger la materia fecal. Porque es de sentido común que el respeto al medio ambiente, y al otro, empieza con cosas tan insignificantes, y vamos creciendo más en el cuidado del medio ambiente”.
Leidy Yohana Herrera Betancur
Estudiante universitaria. “Vivir en la comuna Santa Cruz me parece muy agradable por el lugar, porque es como estar en familia. Además, un elevado porcentaje de sus habitantes son de buenos principios morales. Son muy solidarios y fraternos; No se siente la soledad como en algunos barrios de estrato alto.
Lo mejor de este barrio y de toda la comuna 2 es la gente, porque al uno interactuar con ellos se da cuenta de que se trata de una comunidad con valores de gran sencillez, humildad, alegría, y se puede apreciar cómo en momentos de dificultad todos se solidarizan y se unen para ayudar por una buena causa.
Entre las dificultades se pueden enumerar la presencia de bandas armadas, el consumo de sustancias adictivas y de alcohol. Me gustaría que apoyaran más la juventud, bien sea desde la psicología; también en lo material y, por qué no, desde el componente espiritual”.
Jaime Alonso Torres
Párroco de María Rosa Mística. “Lo mejor de vivir en Santa Cruz es el calor humano, la convivencia, las personas se preocupan el uno por el otro, son solidarios con la necesidad ajena. Siempre están unidos para las cosas buenas y para las cosas malas; hay mucha solidaridad y convivencia.
También se puede destacar el deseo de sus habitantes de salir adelante. Hay buenos líderes, mucho talento a nivel de música, de arte; se cuenta con teatro y la banda marcial y todas esas manifestaciones.
En cuanto a las dificultades que como comunidad debemos superar, no digamos que la delincuencia, porque ese es un problema generalizado. Yo no creo que haya deserción escolar, porque hay muchos estudiantes en los colegios y se gradúa un buen número de muchachos.
Lo que falta es mejorar la presencia del Estado, dar más oportunidades, dotar de infraestructura física el barrio, porque aquí todo se hace en la calle, frente a la parroquia y la unidad intermedia de salud. Ahí se juegan los torneos deportivos y se hacen presentaciones. Se necesita más presencia del municipio y generar más lugares de infraestructura, porque no los hay.
Pero se convive muy bien con la gente, no se presenta mucha violencia intrafamiliar. Sólo falta cambiar un poco la costumbre de la gente, que no se mide con el volumen de los equipos de sonido. Es una molestia sobre todo los fines de semana por el alto volumen, en especial en lugares donde se venden licores hasta tarde. Pedimos que se respete el ambiente de descanso”.