Han pasado 75 años de una emisora que nació como un sueño y que se ha consolidado con el paso del tiempo. Sus ondas han sabido llegar a miles de oyentes, en medio de una propuesta diversa, sorpresiva.
La emisora cultural de la Universidad Pontificia Bolivariana cumple 75 años y son varios los motivos para celebrar, pues no solo se trata de llamar la atención sobre un aniversario. Se trata de manifestar la alegría por los retos cumplidos, por la variedad y profundidad de sus contenidos, por las búsquedas sin tregua de sus colaboradores, por los avances en la tecnología usada y por el apoyo permanente de la Universidad que le dio vida en 1948.
Han pasado más de siete décadas y la emoción de emitir cada día durante 24 horas no se apaga. Así lo manifiesta su director, Henry León Estrada, quien ha hecho carrera en esta radio. Comenzó con la ilusión primera, cuando era estudiante de Comunicación Social en la UPB. Fue operador, presentador, productor, entre otros oficios. Desde hace alrededor de 18 años dirige este medio con sus radiofrecuencias, 1.110 AM. y 92.4 FM. Y con sus hijos producto de los desarrollos de los últimos años, el streaming, los pódcast y todo lo que conlleva la permanencia en internet, con personas que, incluso, replican su programación.
Henry recuerda a uno de sus maestros, Humberto Mesa, quien dirigió la emisora por un largo tiempo; dice que él lo puso a hacer, en vez de enseñarle el cómo. Es decir, la teoría le dio fundamentos, sin embargo, la práctica lo ha llevado hasta el momento actual, con todos sus desafíos.
La emisora, dice, es la manifestación de los horizontes que se abren. En sus dos frecuencias los temas son infinitos, se puede hablar de literatura y música, de arte y ciencia, de arquitectura y piedras preciosas. Se puede hablar de filosofía, psicología, tecnología e historia. No hay vetos. Lo que sí es claro es que AM y FM son distintas. La primera enfatiza en asuntos que tienen que ver con la familia, el agro, las relaciones humanas, la educación, la prevención en salud, la espiritualidad, la música andina y colombiana. En la segunda sus propuestas tienen que ver con la filosofía, la plástica, los libros, la economía, los asuntos jurídicos y políticos; en su partitura la música clásica, el jazz, el rock, entre otros, cautivan a sus oyentes.
Ambas se complementan, se nutren. Las dos son como un jardín, explica su director. Se alimentan de ese gran jardín que es la Universidad Pontificia Bolivariana con sus facultades, sus proyectos de investigación, los talentos de profesores, alumnos y jubilados. Además, resulta un lugar ideal para las prácticas de los estudiantes de Comunicación Social – Periodismo.
Es un universo en constante movimiento, siempre en expansión, con objetivos que son fundamentales, la entrega de conocimiento, el fortalecimiento de valores en familia, el estímulo de seres humanos y sociedades más equilibradas, todo acompañado por la imaginación para cautivar audiencias muy distintas en edades y experiencias de vida.
Según la encuesta oficial de medios, en el segundo trimestre de 2023, el sistema de radio de la UPB contó con más de 50 mil oyentes diarios en sus dos radiofrecuencias en la ciudad región y 137.900 acciones mensuales de escucha y descarga a través de internet.
La emisora de la UPB es una voz potente en la que trabajan diez personas de planta, entre la parte administrativa y de dirección, sus comunicadores, locutores y operarios, un equipo que se une a más de 250 colaboradores externos que trabajan en la realización de sus programas de música, de análisis, de entrevistas o reportajes. El director señala que en su labor es clave el relacionamiento respetuoso y muy humano, en dos líneas, la académica y la comercial, y de hecho la emisora ha logrado conseguir patrocinios de empresas y entidades que apoyan su labor y comparten su misión.
¿Cuál es el sello de la emisora?
Humana, en todo el sentido de esta palabra. Esa es la guía y a partir de allí, la generación de contenidos con una estética cuidadosa y reconocible y un sonido impecable. Una emisora que educa y entretiene, que permite el análisis y la pregunta, que invita a la reflexión y que fomenta múltiples intereses gracias al universo de sus temas.
La emisora se creó durante la rectoría de Monseñor Félix Henao Botero, quien insistió en que esta fuera la voz de la universidad. Una meta cumplida, al tiempo que se descubren dinámicas nuevas en la manera de hacer radio, de invitar a los oyentes a participar. Según una encuesta oficial de medios, la emisora de la UPB es el primer sistema de radio universitario de Antioquia. Su director, agradecido por la confianza y fidelidad de sus audiencias, advierte que la radio universitaria no solo es vital para los centros educativos que las amparan, sino como medios que fortalecen la cultura, la formación de públicos, la expansión del conocimiento, con propuestas honestas, sinceras, confiables. Significan mucho en estos momentos en donde los oyentes buscan contenidos interesantes más allá de la noticia. Son medios que se convierten en una opción que se enriquece cada día. Compañía, diversión, hondura.
Los oyentes de la Emisora Radio Bolivariana se sienten acompañados y tenidos en cuenta. Son 75 años de experiencia, que para su director resultan una conquista del tiempo y la historia. La emoción persiste a través de sus ondas.
Una emisora siempre fresca
La profesora Margarita Llano, quien fue decana de la Facultad de Comunicación Social – Periodismo, conoce la emisora desde muy joven, antes de estudiar Periodismo y cuando era alumna de Idiomas y Literatura. Comenzó en un programa en vivo que realizaba la Alianza Francesa. Hoy es colaboradora eventual en El Coloquio de los Libros, espacio dirigido por el profesor Juan José García Posada. Para ella, la emisora es humanidad, profesionalismo, cultura, versatilidad. Es la imagen y la voz institucional de la Universidad, sin embargo, resulta maravillosa la libertad con la que se proponen los temas. Una emisora que hace sentir su presencia, que es alternativa a los medios comerciales. Ha sabido actualizarse, cuidando los detalles. Estas emisoras son oportunidades para las universidades, hay que fortalecerlas, cuidarlas, son fuente de saberes, propicias para la formación de opinión y el disfrute del tiempo.