El episodio se vivió esta mañana en el parque de Santa María de los Ángeles, cuando una cuadrilla se disponía a derribar el árbol que residentes y visitantes consideran el gran atractivo de este espacio público.
En realidad, se trata de dos árboles de caucho (ficus elastica) que son contemporáneos y a los cuales solamente los separa menos de metro y medio, aunque todo el mundo se refiere a ellos como una sola entidad: “el gran caucho del parque”.
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Entre quienes sí tienen clara esa diferencia están los expertos de la autoridad ambiental Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA), que, luego de una inspección in situ, emitieron un concepto favorable a la tala de ambos individuos.
Se lee en su informe que esos árboles presentan “deficiente estado fitosanitario y estructural”, con “ramas quebradas y pudriciones activas”, razones por las cuales autorizaron “la tala y respectiva reposición”. Esta orden iba adjunta a la de un tercer individuo, un enorme eucalipto, que también pidió el AMVA se talara de manera preventiva.
“Llegaron el martes los de la cuadrilla del Jardín Botánico de Medellín para hacer la tala y empezaron con el eucalipto, que nosotros consideramos estaba en buen estado. Lo terminaron talando entre miércoles y jueves. Y ya iban a empezar con el caucho y ahí fue cuando decidimos actuar, porque ese árbol significa mucho para esta comunidad”, dijo Julián Gómez Fonnegra, del restaurante La Gracia del Parque.
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Precisamente, en el referido informe del AMVA, se menciona que el eucalipto talado gozaba “de buen estado fitosanitario y estructural, sin riesgo aparente de volcamiento”, pero que se autorizaba su tala para prevenir accidentes con alguna rama caída sobre los usuarios del espacio público.
“Nos dio mucho pesar. Uno ve cómo estaba de sana la madera de ese eucalipto, y no se había presentado ningún incidente serio con las ramas. Yo lo sé porque el restaurante está a menos de dos metros del árbol. Pero bueno, uno entiende que son conceptos técnicos y que vale más prevenir que lamentar, aunque nos sigue pareciendo que fue algo excesivo; con hacerle mantenimiento a las ramas habría sido suficiente”, reiteró el comerciante.
Esta mañana, con ese antecedente, varios vecinos impidieron con su presencia la tala del gran caucho e hicieron retirar la cuadrilla. Pablo Antonio Duque, enlace social del Jardín Botánico para esta intervención, explicó que el procedimiento “quedó aplazado hasta que el AMVA realice una reevaluación de los árboles”.
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Dicha reevaluación del gran caucho todavía no tiene fecha fija (que será definida y comunicada por el AMVA), pero se hará con participación activa de la comunidad, según compromiso expresado por las partes. Tanto desde el AMVA como el ente ejecutor (en este caso, el Jardín Botánico) expresaron que las talas habían sido informadas y publicadas oportunamente, hecho que niega parte de la comunidad descontenta.