“No estamos preocupados por la caída de la medida del parrillero, tenemos un plan estructurado para evitar que con la caída de esta medida se incrementen los delitos”, dijo en su momento el vicealcalde de Gobernabilidad y Seguridad, Luis Fernando Suárez. El plan será ejecutado por la Secretaría de Seguridad, la Policía, la Fiscalía, Espacio Público, Movilidad, Salud y Rentas Departamentales y pretende defender los logros que se derivaron de la prohibición y que, de acuerdo con las cifras oficiales, marcan una caída del 41% en homicidios y del 25% en hurto de carros, si se comparan los índices de 2014 con los de 2015.
“Vamos a priorizar aquellos sitios que son críticos por la ocurrencia de delitos. Es un esfuerzo que hace la institución con un personal especializado para acompañar estas intervenciones”, anunció el general José Gerardo Acevedo, comandante de la Policía Metropolitana.
Un plan de operaciones estructurales, como lo pedía la ciudadanía de tiempo atrás y por todos los medios posibles. Para citar uno solo, Medellín Cómo Vamos viene registrando año por año que una de las demandas más importantes de la comunidad es generar mayor seguridad en los barrios. Hasta propuestas tiene: presencia de más policías e instalación de CAI.
Pero solo al caer la prohibición del parrillero hombre, es cuando surgen las 139 operaciones. Toda la artillería contra la delincuencia y para ejecutar en poco más de cuatro meses. La estrategia se pudo aplicar antes. La complejidad del delito en Medellín, la extorsión, el tráfico y los hurtos, no toleran intervenciones a medias o en fases extendidas en tres años, como la que revela ahora la Alcaldía, sin profundizar en los efectos de estigmatización y de molestia generados contra los pasajeros de bien que necesitan moverse en ese tipo de vehículos, más el impacto causado a la movilidad por el aumento en la compra de motos y por la carga adicional de pasajeros al metro.
La reacción no debió ser reacción, tuvo que ser un plan complementario, incluso el plan líder vinculado a los cuadrantes, más ahora cuando se evidencia que el reto no solo se compone de vigilar parrilleros. Por eso las 139 operaciones también involucran a funcionarios diferentes a la Policía o a Movilidad, caso Salud, Espacio Público o Rentas.
Es un plan de seguridad necesario para Medellín, pero tardío. Pudo ejecutarse en 2012. O antes.