El mercado está cambiando: ya existe una oferta consolidada de productos de higiene menstrual más saludables para el cuerpo femenino y para la naturaleza, fácil de encontrar y a precios razonables. ¿Cuándo cambiaremos nosotras?
La menstruación es un tormento para muchas mujeres: es un tema que las mujeres no podemos exponer de forma abierta por aproximadamente 40 años, así nos ocurra una vez al mes; es generador de inequidad, pues muchas mujeres y niñas en ciertas partes del mundo no tienen acceso a métodos de cuidado menstrual y deben dejar de hacer sus actividades diarias porque les ha llegado “la regla”; y porque los métodos más comunes de higiene menstrual (toallas y tampones) son generadores de contaminación y de problemas de salud para las mujeres, entre otras razones.
Los productos de higiene femenina convencional afectan a la naturaleza, y a la economía y salud de las mujeres. Cada mujer genera un aproximado de 6.500 kilogramos de basura menstrual en sus años de vida fértil y estos productos están fabricadas comúnmente con materiales que tardan alrededor de 500 años en degradarse; materiales que ocupan la quinta posición de contaminantes de los océanos. Adicionalmente, adquirir estos productos cuesta alrededor de $210.000 al año. Y no solo el impacto es ambiental o económico: los compuestos químicos que tienen estos productos afectan la comodidad y la salud reproductiva de las mujeres.
En el año 1937, Leona Chalmers patentó la primera copa menstrual, pero los tabúes relacionados con la menstruación femenina fueron tan fuertes que el producto no tuvo éxito en el mercado. Fue solo hasta la década del 80 que el producto reapareció en el mercado, mejorado y con mayores posibilidades de venta. En Colombia, la copa menstrual llegó aproximadamente en el año 2010 y ha venido ganando usuarias, por la capacidad que tiene de darnos libertad de movimiento, porque es reutilizable -puede durar hasta 10 años-, y evita la generación de los residuos y gastos anteriormente mencionados. Al tiempo de la copa, han surgido otros productos reutilizables: calzones absorbentes y toallas reutilizables, opciones que cuidan la salud femenina y la naturaleza.
Anteriormente era más complejo encontrar estos productos, pues la oferta era más limitada; ahora, existe una oferta consolidada de diversos productos de higiene menstrual alternativos y reutilizables en las marcas Flow, UVA, Beppy, Mooncup y Familia. Entre estas marcas aplaudo la apuesta de la empresa Familia, pues en conversación con la administradora de la categoría de reutilizables, conocí que su motivación principal para incursionar en estos productos es continuar acompañando a las mujeres con un portafolio completo que les permita elegir cómo vivir su periodo y así reducir su impacto ambiental. Algo similar expone la marca Flow, al invitar a las mujeres a fluir de manera natural durante estas fechas.
Para Familia, la barrera más grande que han tenido con estos productos es la falta de educación; reto que han decidido afrontar con campañas diferentes y generando una comunicación cercana. Sé que para muchas lectoras usar estos productos es casi imposible, les daría asco y puede que estén sintiendo pudor al leer esta nota. Sin embargo, como ciudadanas y mujeres de este planeta tenemos una corresponsabilidad con los residuos que generamos, por lo cual, es tiempo de pensar en nuestra huella de carbono. El mercado ya ha venido cambiando, ¿cuándo lo haremos nosotras?