La celebración del domingo pasado nos recuerda una cifra dolorosa: en casi la mitad de los hogares colombianos los padres están ausentes.
El domingo 18 de junio, Día del Padre, las cadenas de WhatsApp se llenaron de hermosos mensajes, felicitando a los papás que cumplen a cabalidad su importante papel en la vida.
Pero en casi la mitad de las familias colombianas, un 44,2 % exactamente, estos mensajes de celebración no fueron bien recibidos. Familias en las que la jefatura del hogar está a cargo de la mujer, con todas las implicaciones que esto tiene en términos personales, sociales y económicos.
Es un dato entregado por el DANE -Departamento Administrativo Nacional de Estadística-, en su más reciente Encuesta de Calidad de Vida, con corte al año 2022. El mismo DANE, en un estudio realizado con ONU Mujeres y la Consejería Presidencial para la Equidad, dio a conocer cómo esta situación se ha incrementado a lo largo del tiempo: en 1990, la proporción de hogares monoparentales con jefatura femenina era del 22,8 %; en 2019, el 28 %; en 2018, el 40,7 %; y el año pasado, el 43,1 %.
Estas cifras no reflejan necesariamente un empoderamiento femenino en el hogar, sino una condición de desventaja y carga social en las mujeres, que deben cumplir el doble papel de cuidadoras y proveedoras
¿Qué significa este indicador? Lo explica el documento: “Da cuenta, en el tiempo, de la erosión del rol de proveeduría y toma de decisiones tradicionalmente a cargo de un hombre adulto, generalmente esposo y padre”. El estudio concluye algo adicional: estas cifras no reflejan necesariamente un empoderamiento femenino en el hogar, sino una condición de desventaja y carga social en las mujeres, que deben cumplir el doble papel de cuidadoras y proveedoras. Entre esos hogares monoparentales, el 16,6 % está dirigido por madres jóvenes -de 18 a 34 años- con al menos un hijo o una hija menor de edad. Y más grave aún: según la OCDE, Colombia es el país de Latinoamérica que tiene los índices más altos en embarazo adolescente.
¿Nos hemos acostumbrado a esta marca dolorosa de nuestro país? Decían las abuelas: “Los hijos de mis hijas mis nietos serán; los de mis hijos, ¿quién lo sabrá?” Miles de estos hogares con padres ausentes están condenados a la pobreza, a bajos niveles educativos, a precariedad en calidad de vida. ¿Se ha medido también el impacto en la salud mental de los hijos e hijas que crecen sin esa figura paterna?
En medio de este panorama doloroso, vale la pena aplaudir, difundir y replicar el compromiso de una nueva generación de padres presentes, amorosos, gozones de su papel. Padres que comparten codo a codo su responsabilidad, no solo en el aporte económico, sino también, y afortunadamente, en el cúmulo de alegrías y momentos difíciles que trae a cuestas la paternidad. Padres que soltaron lágrimas al ver este video que el domingo se volvió viral: “Llega un día en el que perder el nombre es lo mejor que te puede pasar… Porque cuando él nace, tú también vuelves a nacer; porque para él tu siempre serás papá”.