Según datos de la secretaría de Movilidad de Medellín, en lo corrido de este 2023, 46 agentes de tránsito han sido víctimas de agresiones por parte de ciudadanos, mientras ejercían sus labores de protección de la vida en las vías.
El último episodio se registró el pasado martes, 13 de junio, en el sector de Villanueva, en la comuna 10-La Candelaria, cuando una de las agentes de la Secretaría de Movilidad fue agredida por un motociclista a quien requirió luego de haber cometido dos infracciones contra el Código Nacional de Tránsito. El ciudadano la golpeó con el casco, ocasionándole fractura de tabique, por lo que tiene incapacidad de un mes y será sometida a cirugía.
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Frente a ese hecho, la moto fue inmovilizada y se diligenciaron los comparendos D4 (no detenerse ante una luz roja o amarilla de semáforo, una señal de “PARE” o un semáforo intermitente en rojo) y D12 (conducir un vehículo que, sin la debida autorización, se destine a un servicio diferente de aquel para el cual tiene licencia de tránsito). Esto último debido a que cuando la agente le pidió la documentación al conductor, la acompañante pagó el servicio de transporte informal y se retiró del lugar.
Jhon Jairo Vélez, subcomandante de la Secretaría de Movilidad, manifestó: “Desde nuestra secretaría hacemos un llamado muy especial a cada uno de los actores viales por el respeto a nuestros agentes de tránsito. Tengamos en cuenta que esa tolerancia es necesaria para que se les brinde seguridad a nuestros agentes. Las agresiones que se vienen presentando son rechazadas tajantemente desde nuestra secretaría. Somos agentes de tránsito que estamos prestando un servicio, cumpliendo con nuestras funciones. Este es un llamado, nuevamente, al respeto por nuestras autoridades”,
Ante agresiones contra agentes de tránsito, se envía de inmediato apoyo de la Policía Nacional para la captura del ciudadano. Luego, se hace acompañamiento a través de la Fiscalía y de un médico general para la atención pertinente, de acuerdo con la gravedad de las lesiones.
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Por su parte, la ARL tiene un programa de riesgo público, con protocolos y procedimientos para la atención, los cuales se socializan constantemente con el personal; además, se dan capacitaciones con un componente para el manejo de emociones frente a agresiones. Igualmente, se brinda apoyo psicológico individual a los agentes afectados.
