Una nueva especie de salamandra, del género Bolitoglossa, fue descubierta por científicos en lotes reforestados por EPM en Bojacá, Cundinamarca.
Esta nueva especie para la ciencia colombiana fue bautizada por los expertos en el manejo de estas especies animales como Bolitoglossa muisca.
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El hallazgo ocurrió en predios reforestados por EPM en Cundinamarca. Dentro del área protegida regional ‘Distrito de Manejo Integrado Cerro Manjuí – Salto del Tequendama’, durante las actividades de ejecución del convenio que EPM firmó con la Fundación Natura, en el que trabajan por mejorar el estado de los bosques nubosos remanentes de la región del Tequendama en la Cordillera Oriental de Colombia.
Por su parte, Jorge Andrés Carillo Cardoso, gerente general de EPM, detalló que, “este importante hallazgo científico fue posible gracias a los recorridos de campo adelantados en los predios Peñas Blancas y La Esmeralda en Bojacá, Cundinamarca, los cuales entregaremos este año a las administraciones municipales y comunidad. Agregó que, los predios fueron adquiridos por EPM para implementar las acciones de compensación ambiental, por la construcción de la línea de transmisión de energía eléctrica Nueva Esperanza, que beneficia a más de dos millones de habitantes de Cundinamarca, Guaviare, Meta y norte del Tolima con el servicio de redes eléctricas de 230KV y 500KV”.
Valor científico de este hallazgo
Aunque el género más grande y diverso de salamandras es Bolitoglossa, en América solo se han registrado y catalogado cerca de 138 tipos de esta especie, entre el noreste de México y el centro de Bolivia, de las cuales 24 pertenecen a Colombia. Sin embargo, en el último siglo solamente se han registrado siete, el resto son descripciones anteriores a 1973.
Para Clara Ligia Solano, directora de la Fundación Natura, “descubrir una nueva especie en un país que ocupa el segundo lugar en biodiversidad en el mundo, significa enviarle a la sociedad un mensaje contundente frente a la necesidad de frenar con mayor efectividad la degradación de los ecosistemas de alta montaña, pues con seguridad estamos perdiendo especies aún no reconocidas”.
La importancia del nuevo registro, además de contribuir al inventario mundial de la biodiversidad y de sumarse a las 882 especies de anfibios reportadas en Colombia, evidencia la necesidad de proteger los hábitats donde se encuentran las salamandras “lengua de hongo” o “sin pulmones tropicales”, como se les conoce comúnmente, porque están amenazadas por la deforestación y la tala de bosques.
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“Con base en nuestros resultados y observaciones de campo, creemos que esta especie debe ser considerada como en peligro de desaparecer (EN), según los criterios de la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN) dado su pequeño rango conocido”, afirmó Yeny Rocío López Perilla, licenciada en ciencias naturales y educación ambiental, una de las cuatro integrantes del equipo de investigadores que participaron en la descripción de la especie.
Finalmente, la directora de la Fundación Natura, resaltó: “Este descubrimiento es un ejemplo de cómo las compensaciones y obligaciones ambientales empresariales, en este caso de EPM, son una oportunidad para la gestión del conocimiento de nuestra biodiversidad y para consolidar acciones de conservación de los ecosistemas y de las especies colombianas”.