Este municipio de Oriente, ubicado a menos de una hora en carro desde El Poblado gracias a vías en excelente estado, viene consolidándose como un interesante destino turístico regional y nacional. En sus calles y campos existen atractivos que bien valen la pena visitar y vivir, con espacios y experiencias preparados por sus operadores turísticos.
Historia, música, religión y gastronomía son algunos de sus fuertes. En estos días santos, los primeros tres cobran especial importancia. Las inmediaciones de su parque principal Simón Bolívar, de reciente remodelación, alberga tesoros como la bicentenaria capilla Jesús Nazareno, que esta semana acoge parcialmente el 46 Festival de Música Religiosa de Marinilla.
Lea también: Si va a viajar por Antioquia en Semana Santa, consulte el estado de las vías
Si llega en la mañana al parque y busca un desayuno auténtico, vaya a Los Cascarillos para que disfrute de un tamal marinillo y acompáñelo con un chocolate negro; su fama y sabor fueron comprobados hasta por el Papa Francisco en su visita a Antioquia en 2017. Si cree saber todo sobre arepas antioqueñas, pregunte por las tejas de maíz capio, herencia de la arriería que se prepara con una variedad autóctona de este cereal.
Propuestas gastronómicas más internacionales pueden encontrarse en varios establecimientos, como en el restaurante Elemental, en un segundo piso del marco del parque, con una cava bien dotada, carta gourmet y un amplio balcón que permite disfrutar por lo alto del corazón de esta cabecera.
Ni que decir de la cocina de autor y las privilegiadas instalaciones del hotel Canúa, en la zona rural de Marinilla, construido hace pocos años a más de media hora del parque, al que se llega por una vía terciaria en buen estado. Su propuesta sostenible, basada en el concepto de la permacultura, invita a sentir de manera distinta las montañas, los bosques y las aguas de este rincón antioqueño.
Le puede interesar: 4 opciones turísticas en Medellín para Semana Santa
Otros dos recomendados en Marinilla son sus afamados merengones de fresa, guanábana y durazno, que se encuentran principalmente sobre la autopista Medellín-Bogotá. Si se anima, puede preparar esta dulzura usted mismo, como las “aromáticas envenenadas” en la cafetería de Mario Vélez, a dos cuadras del parque, donde la mixtura de infusión y ron espanta cualquier frío de alma y cuerpo.
Hay dos experiencias imperdibles en Marinilla, que brindan verdaderas oportunidades de inmersión. La primera es la visita a la Casa de la Cultura José Duque Gómez, con sus museos de las cruces, de la historia local y del héroe del ciclismo marinillo Ramón Hoyos; aunque lo más emocionante es hacer el breve taller de trova antioqueña que allí se ofrece, de la mano de verdaderos reyes de este ritmo, en el que los marinillos mandan.
Finalmente, quien visita Marinilla esta Semana Santa, en cada procesión y exposición de monumentos vinculados con la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, se podrá maravillar con las esculturas preparadas por el maestro marinillo en artes plásticas Alberto Soto. En su taller, cercano a la sede local de la Universidad Pontificia Bolivariana, puede conocer su exposición permanente de pesebres y animarse a crear de su mano alguna pequeña obra en arcilla.
(Información y fotografías facilitadas por el programa Antioquia es Mágica, Fontur y Colombia Travel Operator).