Medellín fue la ciudad en la que se realizó la primera audiencia pública para recoger propuestas que complementen el Proyecto de Ley 189 de 2022, conocido popularmente como la Ley de la Música.
La cita fue un viernes a las 10 de la mañana, en el auditorio de Comfama, en pleno centro de Medellín. Los representantes a la Cámara por Bogotá, Juan Carlos Lozada Vargas (autor de la propuesta), y por Antioquia, Daniel Carvalho Mejía (ponente, junto con la representante Susana Gómez), citaron a los músicos de Medellín para presentarles el proyecto de Ley 189 de 2022 o Ley de la Música, con el que se pretende, entre otros aspectos, mejorar las condiciones laborales, jurídicas, técnicas, de todos aquellos que componen el ecosistema musical colombiano.
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La convocatoria no tuvo amplia acogida, tal vez porque al gremio de los músicos en Medellín le falta la fuerza de la unión, como sucede con el de los actores, y porque el texto del proyecto de Ley apenas se está dando a conocer, pero sí hay un interés creciente por saber qué contiene la propuesta.
“La comunidad musical tiene expectativas, porque hay un gran porcentaje de músicos abandonados a los que la industria no los ha cobijado; llegan a una avanzada edad sin reconocimiento, sin seguridad social, pero, por otro lado, vemos que su trabajo sigue sonando y beneficiando a alguien distinto a ellos”, dice Román González, vecino de El Poblado, músico, activista de los derechos de los artistas y actual director del teatro al aire libre Carlos Vieco Ortiz.
Lo que inició en Medellín, con la primera audiencia del trámite del proyecto de Ley de la Música, es una tarea de largo aliento y eso lo sabe el representante Daniel Carvalho, para quien la propuesta es interesante, toda vez que “busca generar mejores condiciones no solo para los músicos, sino para los productores, los técnicos y todos aquellos que hacen parte de este ecosistema. Queremos presentar una ley robusta que garantice condiciones dignas a un sector de la sociedad que generalmente tiene empleos inestables y carece de conocimiento y apoyo”.
Recursos propios
El representante a la Cámara por Bogotá, Juan Carlos Lozada, no es ajeno al ecosistema musical pues es parte de ese gremio desde 2006, cuando fue programador musical del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá. En ese contexto, es un conocedor del tema y por ello hace énfasis en afirmar que “el asunto central de este proyecto es buscar la manera de conseguir recursos que fomenten al sector musical en Colombia”.
Agrega que hay una gran injusticia con el sector musical en Colombia, porque “en la Ley del Espectáculo Público, que creó el fondo parafiscal, es la música la que mayores recursos aporta a ese fondo y la que menos ha recibido en retorno. El proyecto de Ley lo que busca es conseguirle recursos propios a la música con la creación del Fondo de Fomento Musical para Colombia, con múltiples ingresos de diferentes fuentes y líneas claras de inversión”, explica el congresista Lozada.
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Una de las propuestas que seguramente más polémicas generará es la que sugiere alimentar el Fondo de Fomento Musical con los recursos no cobrados por los artistas que están afiliados a Sayco-Acinpro y que ascenderían a $246 mil millones, según el representante Lozada, quien agrega que esos recursos servirán para la formación artística de las escuelas de música de todo el país y a un fondo de promoción de la música.
El trámite del proyecto de la Ley de la Música apenas inicia. Si está interesado en conocer el texto completo puede ingresar a www.leydelamusica.co, leer el documento y enviar su propuesta por esa misma vía.
La propuesta
El proyecto de Ley de la Música contiene varias líneas, entre las que se destacan las definiciones y conceptos generales, los motivos para la creación del Fondo para el Fortalecimiento del Ecosistema de la Música, las líneas de inversión y sus prioridades.
Por otra parte, se plantea la reforma del Consejo Nacional de la Música para darle más representatividad y brindarle mayores facultades, así como reconocimiento a las músicas patrimoniales, y la creación del Fondo de Intermitencia para Músicos. Este último aspecto se relaciona con la seguridad social de los artistas.