Al entrar a su oficina, se ve un tablero con frases y cifras de varios lugares. También hay algunos dibujos. Minutos después saluda con una sonrisa, se sienta y muestra unas cartas. Pide escoger una. Al descubrirla hay un mensaje personal, y otro relacionado con Antioquia es Mágica, la iniciativa que promueve desde esta oficina luminosa y con un balcón que mira hacia Medellín. Entusiasmo es la primera sensación que transmite Claudia Márquez, en los minutos iniciales. Y posteriores.
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Aníbal Gaviria, su esposo, es el actual gobernador de Antioquia. En el pasado, también fue gobernador, a partir del 2004, y alcalde de Medellín, para el período 2012 – 2015. Claudia Márquez cuenta que después de verlo trabajar por la gente y entender las posibilidades de una posición como la suya, ha decidido aportar desde el llamado cargo de Primera Dama de Antioquia. En el pasado, la encargada de esa misma posición acostumbraba escoger las representantes al reinado de Cartagena y tenía otras funciones.
“La posibilidad de sumar y gestionar para que otras personas cumplan sus propósitos es el combustible para seguir todos los días”.
Ella, con respeto a lo existente, decidió girar el camino y aprovechar la experiencia que traía del mundo empresarial. Fue así como nacieron, de su mano, iniciativas como la creación de la Dirección de Infancia y Adolescencia, en Antioquia, y Mujeres Siembra, un programa que apoya a las mujeres agricultoras. A esto se suma el apoyo dado a los Mercados Campesinos, a los negocios de comidas y bebidas con Medellín Sí Sabe y al sector de la moda. Agatha Ruiz, la diseñadora española, participó en Pasarela Sueños, un desfile, en el 2007, que aún es recordado por la buena respuesta de la gente a unas camisetas diseñadas con el propósito de conseguir recursos para los niños del departamento. Por eso, cuando mira hacia atrás, y revisa el camino, cree que Antioquia es Mágica reúne, en un mismo lugar, el trabajo de tiempos anteriores.
Trabaja como voluntaria. Lo hace por la capacidad de gestionar, de influir, en el cambio; el entusiasmo se lo da la gente. El agradecimiento y ver las situaciones en sus proporciones le ha permitido llevar con calma todo lo ocurrido. Su trabajo y presencia, libre de escándalos y polémicas, los atribuye a la dirección de la atención: “Aníbal está dedicado a ser gobernador, y nuestro foco es hacer lo que corresponde con eso, con el Plan de Desarrollo que tiene unos objetivos muy claros”, dice. Al preguntarle sobre la vida, como mamá de cuatro hijos, habla de sentimientos comunes a quienes viven lo mismo: los esfuerzos para terminar de trabajar más temprano y estar con ellos, y la culpa que a veces llega cuando esto no es posible. A ellos les explica la esencia de su trabajo y las acciones, para que entiendan el valor.
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Siguiendo con el tema de la familia, atribuye la duración de su vínculo con Aníbal, en tiempos de uniones casi fugaces, a verse, los dos, como un “equipo de trabajo” que tiene gustos afines, y tiene presente, cada día, la tolerancia y el respeto, para que el amor siga.
Al entrar a su oficina, se ve un tablero con frases y cifras de muchos lugares. Ella y su equipo no saben aún si las metas escritas ahí se cumplan; cada día llegan con la ilusión de hacerlo posible: lograr que otros municipios de Antioquia, distintos a los conocidos, entren a ser parte del mapa del turismo. Que el buen café llegue a más personas, que las flores adornen las casas, que el aire frío de la montaña entre por las ventanas para alegrar a los huéspedes, que los restaurantes reciban a nuevos visitantes, que los negocios mejoren sus condiciones, que la vida de todos avance. Esto la llena de entusiasmo; es la oportunidad de servir.