Cualquier campaña que busque un cambio cultural debe soportarse, como mínimo, en tres pilares: la eficiencia del estado, la disciplina ciudadana y las herramientas coercitivas. ¿Qué nos falta?
El mal manejo de las basuras en la ciudad es un tema preocupante y recurrente en Medellín. Y es que una ciudad que se ha ufanado durante muchos años de ser la tacita de plata del país no puede retroceder en lo que ha sido una conquista ciudadana de varios gobiernos sucesivos.
Frente a las continuas quejas de la ciudadanía en las redes sociales y en los medios de comunicación locales por el descuido en la recolección de los residuos sólidos, el concejal de Medellín Luis Bernardo Vélez publicó recientemente, en su cuenta de Twitter, un mensaje de alerta: “Nuestra ciudad siempre ha sido llamada la tacita de plata, y nos preocupa, nos duele que esté llena de basuras, que la ciudad no esté limpia”.
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Según el concejal Vélez la situación obedece a una combinación de factores: falta de liderazgo de la empresa encargada del aseo en la ciudad, Emvarias; problemas con los vehículos recolectores e indisciplina ciudadana. Con respecto a los vehículos, el concejal denuncia que están “sin mantenimiento, con un deterioro muy grande, que ha avanzado todos los días. Y no se ha hecho la reposición adecuada de los vehículos”.
“Necesitamos el apoyo de la ciudadanía”.
¿Qué está haciendo la empresa de aseo para atender las cada vez más frecuentes quejas ciudadanas?
Según informó a Vivir en El Poblado el subgerente operativo, Víctor García, de Emvarias, la empresa es consciente de la necesidad de mejorar la capacidad operativa, y es algo en lo que están comprometidos: “Este viernes 16 de septiembre quedan a disposición de la ciudad 21 carros nuevos compactadores para la recolección de la basura; vehículos de nueva generación, Euro6”.
El papel de la ciudadanía
Según el concejal Luis Bernardo Vélez, la solución del problema de las basuras en Medellín debe pasar también por la disciplina ciudadana: “Esto también tiene que ver con nosotros, los ciudadanos, indiscutiblemente, que botamos la basura donde no es, que no hacemos recuperación y reciclaje, y que, en ocasiones, sacamos la basura a destiempo”.
Y es en este punto en el que más se está concentrando Emvarias para atender la situación. “Necesitamos la ayuda de todos para que Medellín sea una ciudad limpia”, dice el subgerente operativo, Víctor García. El énfasis de las campañas pedagógicas que están haciendo en redes sociales está en darle a conocer a la comunidad las frecuencias y los horarios semanales en los que pasa el carro recogedor, “para que las familias y las empresas saquen la basura a tiempo, ni antes ni después”.
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Desde hace algunas semanas, la empresa de aseo inició una campaña en los barrios de Medellín denominada Operación Naranja, un operativo para hacer labores masivas de barrido y limpieza, acompañado de actividades pedagógicas. Hasta ahora, se han realizado tres jornadas de Operación Naranja en Cristo Rey, el barrio París y Belén, y la idea es abarcar las 16 comunas y los 5 corregimientos. En El Poblado, la jornada está programada para el mes de octubre.
Frente al esfuerzo que está haciendo Emvarias para atender la situación, algunas voces ciudadanas le recuerdan a la entidad municipal que cualquier campaña que busque un cambio cultural debe soportarse, como mínimo, en tres pilares: la eficiencia del estado, la disciplina ciudadana y las herramientas coercitivas. Si el Código Nacional de Policía y Convivencia contempla la expedición de multas y amonestaciones a la indisciplina ciudadana, ¿por qué las autoridades pertinentes no suman esta estrategia a la solución del problema de basuras en la ciudad?
Multas frente a la indisciplina
En el Título IX, Capítulo II, del Código Nacional de Policía y Convivencia, que fue expedido por la Ley 1801 del 29 de julio de 2016, están descritos los “comportamientos contrarios a la limpieza y recolección de residuos y escombros y malas prácticas habitacionales”, que son susceptibles de multas y amonestaciones:
- “Sacar la basura en horarios no autorizados por la empresa prestadora del servicio o en sitio diferente al lugar de residencia o domicilio.
- No usar los recipientes o demás elementos dispuestos para depositar la basura.
- Arrojar residuos sólidos y escombros en sitios de uso público, no acordados ni autorizados por autoridad competente.
- Esparcir, parcial o totalmente, en el espacio público o zonas comunes el contenido de las bolsas y recipientes para la basura, una vez colocados para su recolección.
- Dejar las basuras esparcidas fuera de sus bolsas o contenedores una vez efectuado el reciclaje”.