En Medellín hemos aprendido a resolver los problemas entre todos, aún en medio de grandes dificultades. Una dinámica que no ha sido entendida por la administración municipal.
Dice el diccionario etimológico que la palabra solidario está emparentada con el latín solidus, de solum, suelo: “Se aplica a las obligaciones contraídas in solidum”. La solidaridad, desde siempre, ha sido la cualidad que le ha dado piso al progreso de la humanidad y la ha mantenido en pie. Y esa ha sido la fortaleza durante muchos años de Medellín: en medio de grandes dificultades, nuestra solidaridad ha construido ciudad, ha resuelto conflictos y ha calmado penurias.
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Un ejemplo reciente lo dieron los empresarios antioqueños, cuando la Caja de Compensación Comfama y Proantioquia los invitó a unirse por una causa que no da espera: el hambre. Se trata de la iniciativa empresarial por la alimentación Comer es primero, que tendrá una inversión inicial de dos mil millones de pesos, para acompañar a más de 8.300 familias que la están pasando mal a raíz del aumento de la inflación. Según cifras del DANE, 1 de cada 2 hogares no tiene suficiente comida disponible o los medios para conseguirla y, en consecuencia, los niños y las niñas que crecen en ellos tienen un alto riesgo de sufrir desnutrición crónica y aguda.
Y esa ha sido la fortaleza durante muchos años de Medellín: en medio de grandes dificultades, nuestra solidaridad ha construido ciudad, ha resuelto conflictos y ha calmado penurias.
La iniciativa Comer es primero propone tres componentes: un bono mensual en efectivo, el acompañamiento pedagógico a las familias y la invitación a que más empresas se unan a esta vaca. Como ocurre casi siempre en nuestra ciudad, el yo pongo no se hizo esperar. Ya se sumaron los almacenes Éxito y Surtimax, los Grupos Bios y Crystal, la ANDI, Haceb, Postobón, Iluma, Il Forno, Wajaca y Flores El Capiro.
Este es un ejemplo de lo que somos: una sociedad que cree en la importancia de unir las fuerzas de lo público y lo privado para resolver los problemas. Hoy, por ejemplo, muchas voces de la ciudad apelan a ese mismo principio para pedirles a las empresas y a la ciudadanía que apoyen a la Corporación Picacho con Futuro, una ONG con tradición comunitaria de más de 35 años, ya que, en un oficio firmado por la secretaría de Participación Ciudadana, la Alcaldía de Medellín le pide a la Corporación que devuelva el inmueble que ocupa en la modalidad de comodato desde sus inicios.
Y es que la administración municipal actual no ha entendido que esta es la dinámica de nuestra ciudad. No solo desconoce el trabajo de Picacho con Futuro como centro de desarrollo social y cultural, sino que olvida que la sede fue construida en convite, con el apoyo de la comunidad y del SENA, en un terreno cedido por la alcaldía de la época. Ojalá el alcalde de Medellín, en el tiempo que le queda ejerciendo este cargo, entienda que la solidaridad en nuestra ciudad no es un lema, sino una manera de ser y hacer.