“Soy psicóloga y resido en el barrio El Poblado. Siempre me he preguntado por qué la gente escribe a sitios como este (Vivir en El Poblado) contando sus historias, pero entendí que hasta que a uno no le pasa no puede comprender que de este modo puede ayudar a los demás.
El pasado martes 25 de noviembre me encontraba, como todas las noches, en el Gimnasio Santillana del cual soy usuaria hace más de dos años; llegue a las 7 pm para realizar una de las clases que este ofrece y pasadas las 8 pm me dirigí al parqueadero privado del gimnasio, donde se encontraba el vigilante. Cuando me acerqué al carro me di cuenta de que había un carro parqueado al lado del mío, demasiado cerca, tanto que inmediatamente sospeché que algo estaba pasando. Me acerqué y desactivé los seguros para poder montarme y este carro salió en ese instante. Cuando me monté supe que me habían robado pues todo estaba revolcado (normalmente dejo con tranquilidad mis objetos personales allí, confiaba en la ‘vigilancia’ que tiene el lugar, y nunca les había pasado nada). Los ladrones se llevaron mi reloj, un Ipad Mini, el cargador y los audífonos de mi celular y obviamente la plata que tenía en la billetera; salí como una loca hacia la recepción, de donde llamamos a la policía y a la empresa de alarmas. Ellos revisaron el vídeo de seguridad y descubrieron que los responsables del hurto se encontraban en una Toyota Prado 4 puertas de las primeras que salieron, color dorado, con vidrios muy oscuros y de placas EXQ091, la cual no hubiéramos descubierto si no hubiera desactivado el seguro, lo que produce que las luces del carro se prendan.
Obviamente, grave el problema de seguridad que no solo tiene nuestra ciudad sino también el gimnasio, pero mi solicitud con toda esta historia es que estemos más pendientes, sobre todo en esta época de diciembre cuando aumentan en gran medida los robos; quiero que la gente se entere y denuncie este tipo de casos y que entre todos pongamos un grano de arena por una ciudad que tanto lo necesita”.