Viajar entre el tiempo, en bicicleta

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Por estos días, los salones del Museo El Castillo reciben a unas visitantes escasas: bicicletas de siglos y décadas pasadas que han llegado hasta aquí después de un recorrido de muchos kilómetros, dentro o fuera de Colombia. A este lugar, vienen coleccionistas y también curiosos interesados en saber cómo se movían las personas antes, qué historias hay detrás de varias ruedas. 

Un museo para el "grande" Ramón Hoyos, en Marinilla

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El autor de esta experiencia única, en Medellín, y en los kilómetros cercanos se llama Juan Pablo Jaramillo, un diseñador industrial que luego de un trabajo particular, en los días de universidad, conoció la existencia de una bicicleta familiar, y a partir de ahí, inició un viaje sin regreso: comenzó a interesarse por entender otras bicicletas, sus detalles, cada pieza. Conoció a otros coleccionistas, empezó a estudiar el tema y también, a realizar trabajos de restauración y reparación. A través de su oficio, demuestra lo que la pasión por un tema puede lograr. Su trabajo se convierte en un ejemplo de lo valioso que puede ser cuidar los detalles, los objetos y enfocarse en el proceso. Gracias a esto, los visitantes a la exposición podrán hacer un viaje verdadero a través del tiempo y los países.

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Entre detalles y los recuerdos 

Su interés por los detalles y el conocimiento del diseño industrial lo llevaron a pensar más allá: en volver a reunir varias bicicletas en el mismo espacio. Para contar la historia de las existentes, hacer que las personas recuerden experiencias y aumente el gusto por este medio de transporte. Ya había realizado una exposición previa y cuenta que le gustaría hacer una siguiente, en un par de años, cuando haya otras bicicletas y elementos nuevos para mostrar.

Después de recorrer el Museo El Castillo, el propósito básico se supera. En este lugar del Poblado y hasta el próximo 3 de abril, las personas podrán ver bicicletas usadas en la Segunda Guerra Mundial y fabricadas en el Reino Unido. En un salón contiguo, es posible que otros vayan a la infancia con los triciclos que alguna vez usaron, en el Centro Comercial San Diego. También conocerán automóviles pequeños, bicicletas de marcas como Monark o harán un homenaje a Rigoberto Urán, en una esquina de salón.

Cuando se le pregunta a Juan Pablo Jaramillo por este medio de transporte y su futuro, dice: “la bicicleta está entre los únicos productos que han estado más de 200 años de moda” y con lo que se ve aquí, es posible pensar que la historia se extenderá muchas décadas más.

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