Luz Marina Acosta Madrid. Decoración para vivir.
Hace 30 años llegó, de la mano de una pionera y comprometida de su trabajo, la idea de que un decorador es más que un asesor para comprar muebles. Con un amor infinito y un cariño particular, se dio a la tarea de cambiar el chip a quienes acudían a su experiencia. Su intención era hacerles notar que lo importante no era le belleza del comedor sino lo que pasaba en familia al sentarse a la mesa. Durante todos estos años Luz Marina Acosta siguió con esa línea de pensamiento, disfrutando de un reconocimiento que la llevó a acumular 17 exposiciones de muebles y que hoy ve desde la distancia que le confiere su nueva pasión por la creación de suculentos postres con receta francesa. Sus dos nietas la apasionan y ella sigue en su tarea de enseñarles o más bien motivarlas a entender que “ser un buen trabajador es dar un poco más de lo que te piden”. Carlos Tobón la retrató sonriente en 1996 luego de que él le pidiera que arrugara los ojos. Ante esto ella le respondió: “cómo pides que arrugue los ojos si todavía no he pagado una cirugía”.