A usted, lector, amante de los libros, interesado en las charlas de escritores, admirador de exposiciones de literatura, apasionado por los encuentros de ciudad, fanático de las letras, ¿le pareció fantástica la Fiesta del Libro y la Cultura del año pasado? A nosotros también. Usted, lector, ¿también ha vivido el mes de agosto con las ansias de que llegue septiembre para revivir la magia de la Fiesta del Libro? Nosotros también, y no cabe duda de que su director, Juan Diego Mejía, siente lo mismo. Aquí estuvo, en Vivir en El Poblado, para contarnos sobre seis aspectos de la octava versión de esta celebración; uno de los encuentros más anhelados del año en Medellín.
1. Este año el tema central son las fronteras. Si bien en ellas pensamos como una división territorial, la fiesta trabajará el concepto como obstáculo y posibilidad en el que se incluyen las barreras invisibles de tipo social. Es decir, más que la frontera que separa el territorio colombiano de otros países, la discusión se remite a la infinidad de límites que impiden la comunicación y la integración entre hombres y mujeres, jóvenes y adultos, habitantes de un barrio y otro, una orientación sexual y otra, un estrato social y otro, etcétera. Pero lo importante aquí es poder entender la frontera “no solo como una división sino como un anhelo”, dice Juan Diego. “El asunto no es derribar las fronteras porque ellas existen, son una realidad. Lo importante es ver a través de ellas, pasarlas. Si las borramos perderíamos las diferencias de identidad”.
2. Una frontera es precisamente lo que se creará en La Alpujarra durante los días previos a la verbena literaria. Será un muro transparente y liviano, construido con más de cinco mil ladrillos de acetato que harán las veces de cajas. En ellas, las personas podrán guardar mensajes, cartas, elementos familiares, recuerdos, canciones, poemas, cualquier objeto o creación que simbolice sus sueños, anhelos, frustraciones o tristezas; que simbolicen los hechos y situaciones que contribuyen a dividirnos o a atrevernos a cruzar una frontera. Además, al dejar los objetos en las cajas, las personas podrán entrar en una cabina de grabación para contar qué es lo que dejan, qué simboliza y por qué lo hacen. El video con las imágenes de las explicaciones será proyectado en el mismo lugar para que quienes visiten el muro puedan enterarse del contenido de la frontera transparente.
3. Nada complementaría mejor el complejo asunto de las fronteras que una experta en el tema. Tijuana, población mexicana fronteriza con Estados Unidos, será la primera ciudad invitada a una Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín. “Ya era hora, estamos listos” dice Juan Diego sobre esta nueva modalidad de invitar ciudades. Con Tijuana vendrán sus autores, su comida, su danza, su gastronomía, su música y su identidad, que, según cuenta el director, ha encontrado similitudes con Medellín en los estigmas de los estereotipos que dejan el narcotráfico y la violencia.
4. Invitar una ciudad es solo una de las formas de internacionalizar esta fiesta. La expansión del territorio que festeja los libros y la cultura es otra de las nuevas búsquedas del evento. “Sentimos que la Fiesta del Libro de Medellín es la cuarta a nivel latinoamericano”, dice Juan Diego. Agrega que si bien se sabe que el primer puesto es de Guadalajara, y el segundo y el tercer puesto se lo pelean Bogotá y Buenos Aires, el cuarto lugar lo disputan Medellín y otras ciudades latinoamericanas. Para que no queden dudas de que nuestra ciudad se merece el puesto, el grupo de trabajo de Juan Diego Mejía está haciendo todos los esfuerzos posibles. Por ejemplo, cada año habrá un salón especializado. Este año será el Salón del Libro Infantil y Juvenil al que están invitados comerciantes y creadores de la toda la industria latinoamericana, a realizar negocios. “Esto es importante para el comercio literario porque en la tradición reciente del mercado infantil y juvenil, España dominaba el sector, entonces llegaban de allá leyendas, mitos y costumbres españolas, olvidando las propias de América Latina”, argumenta Juan Diego.
5. La búsqueda por consolidarse en el cuarto lugar, por la internacionalización, por tener cada vez más invitados, también hace parte de un quinto y feliz aspecto de la fiesta: el sello de crecimiento. “Hace ocho años la gente cabía en el Orquideorama”, recuerda Juan Diego. Ahora, el Jardín Botánico completo no basta. En 2013 asistieron alrededor de 307 mil personas y se esperan unas 350 mil para 2014. Para el programa Adopta un Autor, en el que colegios públicos de la ciudad estudian la obra de un escritor para luego tener un encuentro con este, la participación aumentó de 34 a 86 escritores y colegios. Como el año pasado, toda la programación académica se realizará en el Parque Explora y en el Planetario, y este año serán dos mil los talleres ofrecidos por la Fiesta. Ahora, cuando usted llegue al Jardín Botánico, verá que no puede entrar ni por la rotonda si va en transporte público, ni por el parqueadero si va en carro. Tendrá que entrar por Carabobo, “área que será la zona comercial más importante”, explica el director. Dos túneles en el pasaje peatonal, uno de norte a sur y otro de sur a norte, de 10 metros de ancho y 44 metros de profundidad cada uno, albergarán los fondos universitarios y las editoriales independientes. En medio de ellos habrá un café y una tarima para músicos y otras presentaciones artísticas. Cuando entre al Jardín Botánico verá, como novedad, que el Parque de las Azaleas ya no tendrá exhibición de libros sino que será el territorio de Tijuana: restaurantes, música, danza, exposiciones, conversatorios y charlas.
6. Finalmente, este año la Fiesta tendrá el primer Salón del Libro Digital, en donde se podrán encontrar, entre otras curiosidades, imágenes de lomos de libros con códigos QR para que usted pueda llevarse los textos en cualquiera de sus dispositivos móviles. Pero más que esto, el Salón del Libro Digital agrega a la Fiesta un componente académico que busca nivelar el conocimiento sobre el libro digital y su producción. El tradicional “cuentico amarillo” –este año una adaptación de Hansel y Gretel- será digital. La producción fue realizada por la empresa Manuvo mediante talleres de capacitación a estudiantes de Medellín: ilustradores, comunicadores, programadores, ingenieros, animadores y músicos, empezaron a trabajarle a Hansel y Gretel desde mediados de mayo y la obra será publicada el 14 de septiembre.