Es justo resaltar la atención que ha puesto la Policía de El Poblado, en cabeza del mayor Andrés Pulido, a Ciudad del Río y a su parque.
Desde hace cinco semanas, y ante las solicitudes reiteradas de propietarios, residentes y visitantes de esta área en pleno desarrollo, el mayor Pulido instaló allí un CAI móvil permanente y un cuadrante de Policía (el número 30 de El Poblado) para contrarrestar los focos de inseguridad y de indisciplina social: venta y consumo de sustancias ilícitas, parqueo de vehículos en el día y en la noche con música a alto volumen, consumo de licor y actividades sexuales, entre otras.
Así como en estas páginas y particularmente en este editorial hemos sido críticos con las acciones y omisiones de las autoridades civiles y de policía en la comuna 14, también damos cuenta de esos hechos o actitudes que consideramos benéficos para la comunidad de El Poblado y, por ende, para la ciudad. Por eso hoy destacamos que se estén viendo los resultados de las múltiples reuniones y mesas de trabajo realizadas con representantes de Ciudad del Río, sector del que hacen parte el Mamm, un parque lineal, un centro empresarial, tres urbanizaciones, la Clínica Clofán y muy pronto la Clínica del Prado, una cuarta unidad residencial y más estructuras empresariales.
Ahora, cuando Medellín empieza a enfocarse en un modelo de ocupación diferente al pernicioso que se ha hecho en los últimos años sobre sus laderas, cuando el próximo POT incluirá lineamientos para privilegiar la construcción en zonas planas y cercanas al río, el desarrollo que se ha dado en Ciudad del Río servirá como referente. Como allí todo es nuevo -hace menos de una década estaban solo las bodegas de una vieja zona industrial- lo que pase o deje de pasar será determinante y sentará un precedente.
En otros palabras, los usos que se le den a este sitio -y que las autoridades permitan- quedarán establecidos, quiérase o no; adquirirán un cariz de permanencia. Si se da vía libre a que su espacio público sea tomado por vendedores de drogas y de licor, por actividades delincuenciales, invadido en forma desordenada por vehículos que irrespetan las señales de tránsito y por otros comportamientos que ahuyentan a niños, familias, deportistas, turistas y personas que solo quieren gozar del aire libre, será muy difícil después recuperar el terreno perdido.
Por eso es destacable que el mayor Pulido haya enfrentado la situación y esté rescatando para el disfrute de la comunidad este sitio que tanta falta le hace a la ciudad y a El Poblado. Es bueno que las familias puedan volver a caminar o a hacer deporte en las mañanas y en las noches sin temor en Ciudad del Río, que los niños jueguen en el parque y no en las porterías. En síntesis, pueda ser que en este y otros parques de Medellín se replique a pequeña escala, claro, lo que hacen muchas ciudades del mundo con sus parques: las autoridades y los mismos ciudadanos los cuidan y hacen respetar como sitios sagrados para el sano esparcimiento.