Cuando Mieke Bal fue a visitar Unland, una exhibición de la artista colombiana Doris Salcedo, en una galería de Nueva York, creyó que había llegado tarde y le sorprendió que aún permaneciera el letrero que le pedía a los asistentes no tocar las obras. Sin saber realmente porqué, se acercó a unas mesas ubicadas al fondo del salón. “Para mí fue un shock, lo que vi fue extraño y no lo entendía, y de repente me acerqué hasta ver los pelos tejidos en la mesa, y me sentí mareada”, dice la reconocida artista, semióloga y teórica de estudios visuales, que por estos días visita la ciudad.
Recuerda que estuvo una hora acercándose y alejándose de las mesas hasta que entendió que eso es “lo que hace el arte, debe acercar a la gente para hacerla sentir lo que otros han sentido, una interacción en la que el arte te obliga a entrar en su mundo y, cuando entras, no recibes un mensaje sino una sensación, una emoción”.
Mieke vino a Medellín luego de entablar una relación profesional con la curadora Lucrecia Piedrahita, quien se interesó en el libro que la neerlandesa estaba escribiendo desde 2002 sobre Doris Salcedo, Of what one cannot speak, Doris Salcedo’s political art (2010). En ires y venires, acordaron que Lucrecia se encargara de la coordinación de la edición en español del libro De lo que no se puede hablar, traducido por el escritor y crítico Marcelo Cohen, y que será lanzado este 22 de mayo en la U. Nacional.
Este es el primero de una trilogía de libros de Mieke Bal sobre arte político. El segundo es Thinking in Film (2013) sobre las videoinstalaciones de la artista finlandesa Eija-Liisa Ahtila, y el tercero es Endless Andness (2013) sobre las intervenciones abstractas de la belga Ann Veronica Janssens.
Mieke ha estado interesada en el arte político desde siempre: cómo emerge, cómo funciona y cómo responde a la sociedad, si ayuda o no. Era evidente que Doris Salcedo fuera su primera elección. Las afirmaciones que había oído sobre el arte político como propaganda la llevaron a considerar cómo puede existir el arte político sin adscribirse a unas políticas específicas. “El arte de Doris es muy fuerte y está fuertemente comprometido con los problemas sociales y la violencia, pero ella no habla de eso, ella trabaja para que el público se vuelva consciente de ciertas cosas sin que ella diga una sola palabra.”
Sin duda Mieke se fascinó con el trabajo de la colombiana. “Salcedo, la mejor artista de nuestro tiempo, es de este país. No sé si está suficientemente claro lo importante que es su trabajo. Así que vine a predicar la verdad de esta artista”, dice Bal con una amplia sonrisa.
Y es que Salcedo ha trabajado los fenómenos de la violencia en Colombia, el desplazamiento, la pérdida de seres queridos, el duelo, la discriminación. Pero no se trata de Colombia, nos recuerda Mieke. “El peligro de hablar mucho de ella como colombiana y de su trabajo desde lo colombiano, es volverlo folclórico. Se trata de la violencia y las consecuencias para la personas que han sobrevivido a la violencia y que ya no pueden tener una vida normal porque algo fundamental les ha sido robado. Eso pasa en muchos lugares”. En sus trabajos, cuenta la neerlandesa, se puede sentir la ansiedad, el vacío y una vida grisácea, que más que recordar invitan a entrar en el duelo, pero sin aceptar que olvidemos.
Y además, Madame Bovary y el capitalismo
“El capitalismo funciona como un seductor, un amante. Estar enamorado y dejarse seducir de alguien que solo quiere entrar en tu cama es, estructuralmente, lo mismo que ser seducido por cosas que no necesitas o que no puedes comprar”, dice Mieke Bal sobre el capitalismo emocional, término y concepto que explora en su más reciente exposición de videoinstalación junto a Michelle Williams Gamaker, titulada Madame B.
Mieke Bal tiene una larga historia con la obra maestra de Gustave Flaubert. Hace más de cuarenta años escribió un primer artículo sobre la novela y desde entonces la obra la ha seguido en diferentes formas. Con Michelle Williams ya había trabajado sobre la cultura migratoria y luego crearon juntas un filme sobre la locura A Long History of Madness (2011). Este año retoman la locura, pero en esta ocasión desde la economía, el endeudamiento, las compras compulsivas, la presión social. Para Mieke, todos estamos en medio de la locura y en el cuento de la seducción. “El cinismo del amante tipo Don Juan, que solo quiere sexo sin compromiso, pero que hace creer a la mujer que sí está comprometido (está bien querer solo sexo pero se puede ser honesto al respecto) es lo mismo que hace un vendedor de productos. Eso es devastador”.
La exposición estará exhibida en la Sala de Arte de la Universidad Eafit y en la Sala U. de la Universidad Nacional, hasta el 30 de junio.