Por Saúl Álvarez Lara
Cada día estamos sometidos al encuentro o desencuentro con la realidad de las situaciones cotidianas, sus avatares y los objetos con que convivimos. Es igual para todo el mundo. Para ver lo que no se percibe a simple vista se necesitan ojos, tacto, comprensión y, sobre todo, el talento para expresar lo que no todo el mundo ve y está en todas partes. Tatyana Zambrano está en el permanente cuestionamiento de situaciones que parecen naturales pero que al indagar en ellas, al deshojarlas para llegar al centro de su significado, son completamente distintas o, también es posible y sucede con frecuencia, idénticas. Lo constató cuando descubrió que el mar suena igual al derecho o al revés. Todos sabemos que el mar se escucha en el interior de un caracol, pero no sabemos cómo se escucha en sentido contrario, es decir, si uno logra escucharlo del interior del caracol hacia afuera. Tatyana invirtió el sonido y es igual. Las situaciones iguales al derecho o al revés que parecen banales, cotidianas al fin y al cabo, y se encuentran en el centro de la percepción del mundo que nos rodea, abundan. Como ella misma califica la evolución de uno de sus trabajos, se trata de “…explorar las capacidades metafóricas del espacio y su desarrollo natural…”.
Tatyana ha pasado su vida aprendiendo a ver, como diría Henri Matisse. Estudió publicidad y eso le permitió la entrada al desarrollo de conceptos de comunicación que necesitan de las coincidencias, en ocasiones disímiles y difíciles de imaginar pero legibles cuando toman forma. Se convirtió en graphic/creative web designer y los conceptos se convirtieron en imágenes fijas o en movimiento que narran historias. Viajó a México en 2012 para hacer un intercambio estudiantil en la Escuela de Artes y Cine de la Universidad Autónoma de México. Regresó un año después a terminar su carrera en la Facultad de Artes en la Universidad de Antioquia y ahora está en noveno semestre, a punto de presentar su trabajo de grado. De la experiencia en México le quedó un gusto definido por el video y la instalación, de allí resultaron trabajos, realizados con su compañero Roberto Ochoa, como Tiro con arco a la luna donde el intento de alcanzar la luna con un tiro al arco nunca sucede; o el video espontáneo filmado en la calle Primera de Guadalupe y Palma, que repite la maniobra, y los automóviles en una esquina estrecha de Taxco en México. O la Normalización del ciclo de la lavadora una aventura de cada día en medio del caos contemporáneo.
Podríamos extendernos páginas intentando llegar a la esencia del trabajo de Tatyana Zambrano. Ella lo describe como el paso lento de una situación a otra, no necesariamente importante o trascendental. Su trabajo le otorga ese valor, hasta llegar a un punto de no retorno donde roza el absurdo, se sale de contexto y se hace concepto, imagen, movimiento. Al escucharla hablar, su actividad mental y su obra que transita en los vericuetos del caos contemporáneo, van al mismo ritmo; entonces le pregunto que si tuviera que dividir en porcentajes sus distintas actividades diarias qué porcentaje le daría a su trabajo de artista, en permanencia del lado del absurdo. Me responde sin dudarlo: el ciento veinte por ciento. Sobre su mesa de trabajo veo un libro de Haruki Murakami, el escritor japonés; le pregunto cómo le parece y responde también sin dudarlo: es ideal para identificar las metáforas del mundo actual.
Tatyana es joven, inquieta, le gusta hablar de su trabajo, se ríe con facilidad y parece que la domina la curiosidad por todo lo que la rodea; toma nota de lo que escucha decir en la calle o en los encuentros con amigos y las conserva para su trabajo. Al final de nuestro encuentro me dice que le gusta leer y que lee bastante. Imagino, ella no me lo dijo, que está metida en su trabajo a toda hora y en cualquier lugar, no podría ser de otra manera para alguien que tiene la posibilidad de ver el mundo actual con tantos ojos. En http://cargocollective.com/tatyanazambrano es posible hacerse a una idea del alcance de la obra de esta joven artista. Vivir en El Poblado publicó en la portada de la edición 570, publica esta semana (edición 571), y la próxima edición, 572, algunas de sus obras, que también se pueden ver en el Museo de Arte Moderno de Medellín en el marco del Programa C, plataforma para el arte contemporáneo colombiano.