A comienzos de abril de este año, la Secretaria de Medio Ambiente declaró urgencia manifiesta a raíz del crecimiento desmedido de la quebrada La Paulita, que atraviesa las carreras 34 y 35 en la Transversal Inferior, y que pondría en riesgo a ocho unidades cercanas.
Actualmente, la Secretaría de Medio Ambiente cuenta con tres empresas contratistas en esta obra, que son Deacivil, encargados de la elaboración de estudios y diseños; Ingecon S.A.S, quienes realizarán la ejecución de la obra como tal, y el Consorcio San Lucas, encargados de la interventoría.
Margarita Montoya, líder de proyectos de la Subsecretaría de Metro Río de la Secretaría de Medio Ambiente, cuenta que “desde que iniciaron obras se hicieron actas de vecindad y socialización con los vecinos de las unidades aledañas mientras se hacían los estudios de la zona, hidráulicos, de suelos e hidrológicos”
Este tema es delicado porque “la orden inicial fue desmontar los llenos existentes y quitar el relleno para que no se fuera a colapsar y hacer obras que disipen la velocidad del río entre las carreras 34 y 35”. Sin embargo, cuenta que “hubo la precaución de poner medidores de desplazamiento e inclinómetros para prevenir accidentes en las urbanizaciones y avanzar las obras mientras no haya movimientos de tierra en las unidades”.
A paso lento, pero avanzan
Actualmente, las obras continúan a la altura de las carreras 34 y 35, y la urgencia está parcialmente resuelta. Juan Carlos Rodríguez, ingeniero residente del Consorcio San Lucas, hace énfasis en que no hubo una emergencia, sino una urgencia. “Se está atendiendo la urgencia, que es para evitar, precisamente, una catástrofe o un problema mayor”.
Para el tratamiento de esta urgencia cuenta que “se pretende hacer un viaducto sobre la Transversal Inferior que da paso a la quebrada La Paulita por debajo, y de esa manera quedaríamos cubiertos con la parte de riesgo que hay en la Inferior”.
El primer paso consiste en el cambio del Box culvert, cobertura subterránea que, según Rodríguez, “tiene unas losas que están en riesgo de colapso y se eliminarían para hacer una estructura de mayor capacidad, porque la que hay es insuficiente para el caudal de la quebrada”.
“No es una obra normal”
Aunque esté estipulada para tener una duración de diez meses, diversos factores hacen suponer que puede tomar más tiempo, tanto la ejecución de las obras como el cierre de las vías. Montoya aclara que esta “no es una obra normal”, porque a medida que se aprueban los diseños avanzan las obras, y en la marcha han debido hacerse los estudios pertinentes.
En términos medioambientales se realizó un inventario forestal y se está decidiendo qué árboles se puede conservar y cuáles es necesario tumbar. Hasta ahora, comenta Darío Puyo, habitante del edificio Montelar en este sector, “han sido respetuosos con el tema ambiental. Hay árboles que tienen entre 25 y 30 años y los han respetado”.
Cuenta Puyo, que al igual que en el resto de urbanizaciones afectadas, “reunieron a todos los habitantes del edificio y nos presentaron un proyecto piloto muy importante alrededor de la quebrada, que es la primera vez que se realiza en la ciudad”.
Cierres viales
Este proyecto, según Rodríguez, está compuesto de un canal abierto, que ya está en construcción, el cual recibe el caudal de la quebrada desde la Inferior, conduce el agua y la trae al puente de la carrera 35”, popularmente conocida como “la batea” o “el columpio”, vía ubicada en la parte posterior de Olímpica que conecta la zona con La Frontera.
En este momento se encuentra cerrada la carrera 35, donde se está realizando la ampliación del puente por donde pasa la quebrada. Próximamente habrá cierre parcial de la Transversal Inferior a la altura de la urbanización Torres de Hungría. Únicamente se realizará el cierre de un carril a la vez para no obstruir todo el tráfico vehicular de la zona. Montoya anuncia que “en su momento se propondrán las alternativas de tránsito”.