El balance oficial para El Poblado habla de 18 delegados escogidos en nueve asambleas, cifra que el Municipio destaca como muestra de una amplia participación. Por cada 25 asistentes se podía escoger un delegado que irá luego a los consejos consultivos, instancia en la que se define el destino de 2.125 millones de pesos asignados para El Poblado dentro del programa de presupuesto participativo, iniciativa de la Alcaldía que pretende que sean los ciudadanos quienes decidan en qué se invertirán esos recursos. Para cada comuna y corregimiento hay un monto determinado según el índice de desarrollo humano de la misma, para un total consolidado en todo Medellín de 62 mil millones de pesos.
A las reuniones de El Poblado asistieron, en total, 536 personas de las aproximadamente 95 mil que viven en la comuna. El domingo 26 Vivir en El Poblado estuvo en tres de esas asambleas, llevadas a cabo en Provenza, San Lucas y La Chacona.
En el colegio San Lucas, sede del encuentro de los habitantes de ese barrio, fue evidente la presencia de caras nuevas, unas cuatro o cinco personas que dijeron residir en las urbanizaciones del sector. En el salón parroquial de La Divina Eucaristía, donde se reunieron personas de Provenza, Castropol y Patiobonito también había una que otra persona que asistía por primera vez a este tipo de actividades.
En La Chacona los asistentes eran exclusivamente residentes del barrio, e incluso, como contó Elkin Osorio, presidente de la Junta de Acción Comunal, antes de las votaciones salieron a buscar más personas para completar 50 asistentes y así poder elegir dos delegados, objetivo que finalmente lograron.
Faltan las urbanizaciones
El proceso de las asambleas barriales tuvo en las juntas de acción comunal a sus principales responsables. Fueron ellas las encargadas por la Alcaldía de la organización y la convocatoria a las mismas. Osorio dijo que había pensado en invitar a los administradores de las urbanizaciones aledañas, pero se encontró con el problema de que los límites del barrio no están muy claros y por lo tanto no supo a quiénes invitar. Por su parte, Gabriela Ángel, de la Junta de San Lucas, manifestó durante la asamblea que ella sí había convocado a todos los conjuntos residenciales de la zona, unos 82 según sus cuentas. A pesar de esto, fueron pocos los representantes que asistieron, a pesar de que son la mayoría de los habitantes de El Poblado.
Una de las administradoras que sí fue a la asamblea de San Lucas formuló varias críticas al proceso, que podrían ser la explicación de que las urbanizaciones no hayan participado. En primer lugar, señaló que el nombre de asambleas barriales no es llamativo para la mayoría de los habitantes de El Poblado. También se refirió en su intervención a la falta de información, pues como la convocatoria se hizo por carta muchos administradores la pasaron por alto entre la amplia correspondencia que reciben a diario.
Si bien las juntas de acción comunal eran en primer término las llamadas a jalonar el proceso, también existía la posibilidad de que en zonas en las que no existieran este tipo de organizaciones fueran otras, como los comités cívicos, las encargadas de las asambleas. Las urbanizaciones también podían participar, pero no de manera aislada sino uniéndose a otras, “puesto que las unidades hacen parte de un barrio y comparten problemas comunes con otras asentadas allí mismo”, dice la Alcaldía. Sin embargo, a juzgar por la asistencia, esto no quedó tan claro
¿No hay necesidades?
Otra explicación para la escasa participación de las urbanizaciones la ofreció Clara Inés Restrepo, Secretaria de Desarrollo Social, durante el primer consejo consultivo, de carácter informativo, celebrado a finales de febrero. Allí, ante la inquietud de los asistentes por la baja participación de experiencias anteriores, la funcionaria dijo que no se preocupaba tanto por ese tema pues “cuando la gente tiene resueltas sus carencias no se moviliza”. Es verdad que la comuna 14 tiene el índice de desarrollo humano más alto de la ciudad, pero de ahí a afirmar que no hay carencias hay un trecho muy largo. La Línea 312 que quincenalmente aparece en estas páginas es un testimonio elocuente, y quizá alguna parte de esos 2.125 millones asignados a El Poblado podría invertirse en solucionarlas.