Regalar vinos sin sufrir en el intento

No elija precio, no escoja por bonito, no se enfoque solo en marcas famosas. El vino es empatía y conexión: esas serán las mejores guías de compra.

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Que no sufra quien hace la compra, pero tampoco quien recibirá el regalo, en estas horas en las que los te quiero, te agradezco, te admiro, se manifiestan con un cariñito en botella.

La publicidad de diciembre lo anuncia y lo replica, “hay que comprar vinos”, “hay que regalar vinos” y las estrategias de las tiendas han enfocado sus reflectores en las burbujas. Lambrusco, Prosecco, Cava y brut destacan en el menú, lo que está muy bien, sin embargo, hay más opciones y también posibilidades de que todo salga mal. Los regalos salen del corazón y con eso bastaría para que todo sea de buen recibo, pero hay que tener cuidado.

No todo es dinero 

Hoy un vino de alto perfil está arriba de los $600.000 por botella y varios superan el millón. Se cree que las cifras altas ayudan a quedar bien, pero, cuidado, ese tipo de ejemplares fueron creados para conocedores. No perfore su bolsillo con un regalo cuyos atributos pasarán desapercibidos. Muy costoso no siempre resulta muy bueno.

$100,000

Es un precio representativo de vinos relevantes. Y de ahí hacia arriba. Pero la cuenta no es suficiente. ¿Qué le gusta comer a la persona? ¿Se derrite por los postres? ¿Cuál es su receta favorita?
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Y no se fíe solo de etiquetas bonitas. A veces el arte está apenas afuera de la botella. Como tampoco las marcas provocativas son la única fórmula. Hay nombres salidos de lo común que han conquistado el mercado con aromas, paladar y gracia: Callejón del Crimen, El Enemigo, Gordo Bastardo, 19 crímenes….

¿Y entonces?

 El regalo debe ser de conexión con la persona. Si esta es apasionada por la parrilla, que la etiqueta diga Malbec o Bonarda. Si siente que es hora de comenzar a elevar el nivel en la mesa, pero los tintos son muy duros, elija Lambrusco. Si un viaje a Italia lo recuerda con pasión, Sangiovese le tocará el corazón. Si es vegano, hay botellas creadas bajo ese mismo principio.

18

grados para servir los vinos tintos y seis grados para blancos, burbujas y rosados. Con el regalo, ofrezca ese dato. El homenajeado será más feliz. 

Un vino será una buena forma de decir te quiero, te agradezco, te admiro. Y siempre hay uno para cada quien.

RECIBIR EL REGALO, AGRADECER Y DESCORCHAR

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En cada diciembre nos llenamos de botellas que se están muriendo en cavas y muebles a la espera de que resulte un momento cumbre de la vida para poder descorchar. Graduarse, casarse, tener un hijo, comprar una casa, inaugurar la finca… ¡Salud! Pero tener amor y una copa también son grandes motivos. El disfrute no se guarda para el resto de la vida. En vinos, un 90 % fueron elaborados para dar su mejor expresión antes del tercer año. Hoy entre las botellas de etiqueta anterior a 2020 solo el 10 % tiene probabilidades de que color, aromas y sabores estén intactos.

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