Preocupación por contaminación electromagnética

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Preocupación por contaminación electromagnética
Día a día aumenta el número de antenas en la ciudad. ¿Afectan la salud? ¿Cómo controlan las autoridades? ¿Qué tan expuesta está la ciudadanía?

El constante crecimiento tecnológico, principalmente de las telecomunicaciones en cuanto a telefonía móvil y al Internet en mayor medida, ha generado el aumento de la exposición de la humanidad a los campos electromagnéticos. Nada menos en el Valle de Aburrá y en Bogotá se han instalado recientemente cerca de 600 antenas más, a raíz de la implementación de la tecnología de conexión LTE, más conocida como 4G, que lanzó UNE hace un par de semanas.
Cada día se crean nuevos desarrollos tecnológicos, Internet inalámbrico y teléfonos inteligentes, mientras los usuarios cada vez son más, haciendo que las empresas prestadoras del servicio comunicativo deban ampliar su cobertura instalando más antenas para garantizar el buen servicio.
Al tratarse de una contaminación imperceptible, la preocupación ha crecido a nivel mundial, dados los efectos de radiación que estos aparatos pueden generar. Objetos comunes en los hogares como el radio, la televisión y la electricidad son fuentes de radiaciones.
Sobre la contaminación electromagnética, en Colombia prevalece el principio precautorio, concepto que respalda la adopción de medidas protectoras cuando no existe certeza científica de las consecuencias para el medio ambiente. Este principio está confirmado por la Corte Constitucional, que pide medidas preventivas con población vulnerable como niños y ancianos.

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¿Afecta o no la salud?
Muchos estudios se han adelantado en el mundo sobre los efectos de las ondas electromagnéticas de radiofrecuencia, que interconectan las estaciones base con los teléfonos móviles. Para algunos profesionales de la medicina alternativa es indudable que sí afectan, mientras otros estudiosos de la ingeniería aseguran que esto no ha sido probado científicamente.
Para José Ignacio Marulanda, profesor de Ingeniería Física de la Universidad Eafit y experto en electromagnetismo aplicado, “aún no hay conclusión de la influencia de las bandas en que operan los celulares ni las antenas de wifi sobre el ser vivo. En muchas partes del mundo han hecho estudios sin arrojar resultados determinantes. El punto es que tampoco se niega”. Agrega el experto que en la instalación de las antenas es importante que apunten al cielo y no a un objetivo, y que la banda de radiación no ionizante RF (gama de frecuencias del espectro radioeléctrico), como en el caso de los celulares, no hay riesgo comprobado para la salud.
Por el contrario, el médico bioenergético Álvaro Correa afirma que antenas, subestaciones de energía, transformadores de luz, líneas de alta tensión, dispositivos inalámbricos tipo wifi y equipos de telefonía celular, sí afectan la salud. “Esas antenas y dispositivos electromagnéticos generan alteraciones físicas y mentales, producen síntomas como fatiga, cansancio, dolores de cabeza, mareos, alergias, falta de apetito, trastornos del sueño y producen empeoramiento de enfermedades crónicas. Hay estudios médicos que sugieren asociación con la formación de enfermedades tipo cáncer y enfermedades degenerativas”, afirma el médico Correa.
Sobre este tipo de contaminación, la Organización Mundial de la Salud en la nota descriptiva 193 de junio del año 2000 establece que “todos los efectos establecidos debido a la exposición a la RF están relacionados con el calentamiento. La energía de RF interactúa con tejidos del cuerpo a niveles muy bajos para producir un calentamiento insignificante, no hay estudios que hayan demostrado efectos adversos en la exposición a niveles que se encuentren por debajo de los límites internacionales ”.
Según investigaciones de Mariano Bueno, un español pionero y gran divulgador de la agricultura ecológica y la geobiología, los teléfonos fijos inalámbricos y el wifi doméstico e institucional, son las principales fuentes de emisión que generan contaminación de alta frecuencia de microondas a la que las personas se exponen sin saberlo. Para este experto, estas señales pasan obstáculos y paredes, afectando a quienes se encuentren cerca.

Control en la ciudad
Para instalar antenas para el área de las telecomunicaciones es necesario tener licencia del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. Vivir en El Poblado trató de obtener respuesta de varias compañías sobre el número de antenas en Medellín y su control de calidad. Tanto con Une, como con Claro y Movistar, al cierre de esta edición no había sido posible.
Tigo, por su parte, confirmó que en Antioquia tiene 200 antenas y 300 estaciones en la ciudad. “Todos nuestros proveedores cumplen los estándares internacionales de fabricación de equipos, así mismo cumplimos las normas de construcción de obras civiles y eléctricas, todo ello orientado a garantizar la salud y seguridad de la comunidad”, aseguró un vocero de la empresa.
Al consultar en la Alcaldía sobre el control en la instalación de las antenas de telecomunicaciones, el Departamento Administrativo de Planeación dijo que esta función corresponde a la Secretaría de Gobierno. Por su parte, esta dependencia no dio respuesta sobre el tema. Así mismo en varias inspecciones de policía consultadas dijeron no conocer sobre este tipo de asuntos.


Lo que exige la ley
Además de obtener la licencia del Ministerio TIC, para la instalación de las estaciones de telecomunicaciones se debe cumplir, según el Decreto 195 de 2005 del Gobierno Nacional, con requisitos como permiso de la Aeronáutica Civil de Colombia, licencia del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial y licencia de construcción expedida por el curador urbano en caso de ser necesarias obras de demolición, ampliación o modificación de terrenos.
Además, las empresas de telecomunicaciones deben cumplir el Decreto 409 de 2007 y el Acuerdo 46 de 2006 del Municipio de Medellín, que establece que para el suelo urbano, la altura máxima permitida para los elementos que conforman la estación será de 45 metros, sea monopolo o torre. La distancia mínima entre dos estaciones base que utilicen algún elemento para ganar altura será de 50 metros, y si la estación está cerca de una zona verde, la distancia entre ambos debe ser mínimo de 50 metros.

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“Sí incide en la salud humana”: médico sintergético
De manera categórica, el médico de la Universidad Pontificia Bolivariana y experto en medicina sintergética, Alejandro Posada, afirma que a nivel mundial no se discute que hay afectación de radiación a los humanos por estas causas, y que entre más cercanía haya entre las antenas con las personas, mayores daños sentirán. “Somos un gran campo electromagnético.


Alejandro Posada

Los trillones de células del cuerpo emiten pequeñas magnitudes de corriente y eso crea un campo electromagnético que afecta al cuerpo al entrar en contacto con otros campos. El cerebro está diseñado para recibir informaciones en 45 mil hertz y esas antenas emiten 2.500. Disparan frecuencias continuas y el cerebro no está preparado. Por eso genera fatiga crónica, alteración del sistema nervioso autónomo y síndrome del pánico. El 25 por ciento de la población es sensible a estas frecuencias”, asegura Posada.
Según el médico, todos los días recibe pacientes por este tipo de contaminación. “Es la consulta más frecuente”, dice.

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