Pene grande, pene chiquito: ¿Es cuestión de perspectiva?

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  Más que las mujeres, parece que son los hombres los que prefieren los penes grandes, según se ve en la abundancia de anuncios publicitarios que invitan a pasar el pene por el bisturí para agrandarlo y dejarlo como el de un hombre de éxito (entiéndase de ficción cinematográfica).

Lo mismo pasa con los productos para el alargamiento del pene: no son difíciles de encontrar. Por todas partes se ven avisos que anuncian bombas de succión, píldoras, pesas, ejercicios y cirugías, que supuestamente pueden aumentar el tamaño y el grosor del pene. Usuario de correo electrónico que se respete recibe religiosamente varias veces al día los mensajes con la oferta del milagroso penis enlargement.
Todo esto se fundamenta en los estereotipos reinantes sobre las inseguridades masculinas. Estos asumen que todos los hombres:

1. Tienen temor de que su pene es pequeño.
2.
Creen que serían mejores amantes si tuvieran un pene más grande (o simplemente grande, a secas).
3.
Están interesados en una forma segura y efectiva para agrandar su pene.

No se puede caer en esto. No hay ninguna investigación científica que sustente el uso de ningún método no quirúrgico que agrande el pene y ninguna asociación médica reputada avala las cirugías de alargamiento del pene solo por razones cosméticas. Otra vez y para que no quede duda: No hay una investigación científica que sustente el uso de ningún método no quirúrgico que agrande el pene y ninguna asociación médica reputada avala las cirugías de alargamiento del pene solo por razones cosméticas.

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Como muchas de las técnicas empleadas en estos procedimientos pueden dañar el pene e incluso producir impotencia, es mejor pensarlo antes de intentarlo.

El tamaño normal
Las duchas públicas, después de jugar fútbol en el colegio, un jueves de adolescencia, por la tarde, por decir algo, probablemente es ahí donde la mayoría de los hombres ven que su pene no es del tamaño que creían. No obstante, es bueno saber que cualquier objeto cilíndrico se ve más pequeño visto desde arriba, de lo que se ve al mirarlo de lado. Después está el porno, claro… el porno. Penes del tamaño y eficacia de un puñal sevillano. Y ya se sabe que hay gente que cree en todo lo que le dicen los medios de comunicación.

Lo más probable es que lo que cada uno tiene entre las piernas es de tamaño promedio pues las investigaciones médicas muestran que el 70% de los hombres tienen penes que miden entre 12.5 y 17.5 centímetros en erección. Un pene es considerado como anormalmente pequeño, desde el punto de vista clínico, cuando mide menos de 7.5 centímetros en erección, y aún siendo así de chiquitico, no representa un problema físico para la salud sexual. Está perfectamente documentado en la literatura médica que aún con un micropene como estos se puede llevar una vida sexual completa (incluida la reproducción).

El punto de vista de la pareja
Aquí es donde se complica la cosa. Los hombres viven con la convicción de que a las mujeres les importa tanto como a ellos el tamaño del pene, pero eso no es del todo así, al menos según los resultados de distintas investigaciones al respecto. Al 79% de las mujeres no les importa la longitud del pene de su pareja y al 69% tampoco les importa el grosor: Puede ser grande, puede ser grueso, igual no es importante.

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El spam hace creer que los homosexuales se interesan más en el tamaño del pene que los heterosexuales y que además lo tienen más grande. Mentira. El tamaño del pene no guarda relación con la orientación sexual del individuo, así que a menos que sea la pareja la que haga el comentario, lo más probable es que el pene suyo sea de los del 70% y antes que pensar en mejorar su vida sexual vía bisturí, bomba de succión o píldora mágica, el camino es por el lado de entender las necesidades físicas y emocionales y los deseos de ella o de él.

Hay que leer muchachos
Siempre la clave está en la letra menuda. En los avisos de prensa de los productos que prometen agrandar el pene hay explicaciones y aclaraciones sobre aprobación de procedimientos en trámite por las autoridades de salud. La agencia gubernamental de Estados Unidos que aprueba todo lo relacionado con medicamentos y aparatos médicos no ha aprobado nada relacionado con el agrandamiento del pene (y en esa agencia se basan sus pares en medio mundo). Tampoco hay ninguna investigación científica que valide las afirmaciones hechas en tales anuncios publicitarios y la mayoría de las veces su principal sustento está en unas fotos de antes y después que probablemente no sean auténticas.

Métodos sin bisturí
1. Estiramiento manual o jalamiento: Este ejercicio debe hacerse durante 30 minutos, todos los días, por un período de tiempo indefinido. Aunque puede ser más seguro que otros métodos, puede producir cicatrices, dolor y deformación.
2. Estiramiento con pesas: Es muy probable que esta técnica produzca daño permanente en el pene.
3. Cámaras de succión al vacío: Como la succión lleva sangre al pene y lo hace crecer, estas cámaras son útiles en el tratamiento de la impotencia (disfunción eréctil). Esto puede crear la ilusión de tener un pene más grande, pero rara vez ese resultado es permanente. El uso repetido puede dañar los tejidos elásticos del pene y emblandecer las erecciones.
4. Píldoras, lociones y tónicos: Generalmente son pastillas con vitaminas, minerales, hierbas o hormonas (como la testosterona). Sin embargo, no hay evidencia científica de que la ingestión de testosterona, por parte de hombres adultos, haga crecer el pene.

Métodos con bisturí
La cirugía plástica ha desarrollado varias técnicas para alargar y engrosar el pene, pero ninguna de ellas ha sido avalada por organizaciones médicas de primer nivel. La Asociación Urológica Americana, la Asociación Americana de Cirugía Plástica y la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos han hecho pública su política en contra de los procedimientos cosméticos para agrandar el pene. En Estados Unidos vale alrededor de 10 mil dólares una cirugía de estas.

Para alargar un pene, la cirugía consiste en cortar el ligamento que le une (al pene) con el hueso púbico, y en mover piel del abdomen hacia el pene. Así se estabiliza de nuevo el ligamento y el pene puede levantarse cuando esté erecto. Cuando se corta este ligamento, el pene se ve más grande, siendo el mismo de antes, porque ahora está expuesta una parte de él que antes estaba dentro del cuerpo. Pero cortar este ligamento puede ser problemático cuando hay erección porque esta no queda necesariamente hacia arriba, sino que puede tener un ángulo extraño, incluso puede quedar apuntando hacia el suelo.

La cirugía para engrosar el pene consiste casi siempre en extraer grasa de otra parte del cuerpo e inyectarla allí donde se quiere más volumen. Otros métodos son más escabrosos (poner grasa de la nalga o el abdomen -propios o ajenos- en el pene).

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Ninguna de estas técnicas se ha probado efectiva o segura. La Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos dice de inyectar grasa en el pene: “Es un procedimiento cosmético nuevo no probado y de desconocida seguridad”, con riesgos potenciales que incluyen infección, pérdida de piel o de sensibilidad en esta, sangrado excesivo y pérdida del funcionamiento.

Después de haberse sometido a alguno de estos procedimientos, algunos pacientes han tenido que someterse a más operaciones para corregir las deformaciones sufridas. Entre los efectos negativos padecidos están las cicatrices, acortamiento del pene, pérdida de sensibilidad, hinchazones, bultos y aglomeraciones de grasa. También hay documentación de casos de impotencia, incontinencia urinaria y dolor persistente.

¿Cuándo se recomienda la cirugía?
Hay procedimientos quirúrgicos aprobados para la reconstrucción de penes que han sido amputados o dañados por circuncisiones, mordidas de animales, accidentes de tránsito o agresiones físicas, entre otras causas. También hay construcción de pene en las operaciones de cambio de sexo o para corregir defectos de nacimiento.

Un método que funciona
Un lugar del cuerpo en el que el tamaño sí es importante es el abdomen (no el pene). Si la barriga cuelga sobre los genitales, da la impresión de que el pene es más pequeño de lo que es en realidad. Para esto lo mejor es estar en buena forma física y mantener un peso adecuado. También sirve afeitarse el vello púbico (¡ese es el truco -y los primeros planos- de los actores de porno!), aunque solo sea una ilusión óptica.

Conclusiones
1. Algunos hombres padecen una ansiedad excesiva acerca del tamaño de su pene y eso evita que lleven una vida (sexual) normal.
2. Los resultados de la cirugía para agrandar el pene son impredecibles. Aquellos que en efecto tienen un pene pequeño, igual pueden llevar una vida sexual como la de los demás.
3. Los hombres que no están contentos con la apariencia de su pene, en especial aquellos que tienen uno de tamaño normal, deben pensarlo muy bien antes de someterse a alguno de los tratamientos mencionados.
4. Una opción mejor para la mayoría de los casos es consultar un especialista en sexo y vida de pareja, quien está en mejor posición para ofrecer ayuda y consejo apropiado.
5. Usar la cirugía como método para tratar problemas sicológicos es un mal camino.

 
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