Las miradas de los transeúntes, conductores de autos y motociclistas se chocan, la avenida El Poblado se paraliza. Los cuerpos danzan, se mueven intrépidos en plena vía pública, se cuelgan de las señales de tránsito, de las barandas, de los teléfonos públicos, de los tubos del mobiliario urbano.
Mientras los semáforos están en rojo, la esquinas y los pasos de cebras se llenan de miradas curiosas que observan la siluetas de mujeres girar, hacer figuras corporales y retar la gravedad con su cuerpo, sostenidas de los tubos con alguna de sus extremidades. Se trata del pole dance urbano, una toma callejera, un asalto a la urbanidad para romper estigmas y mostrar que bailar en un tubo es también una práctica deportiva y recreativa, una mezcla de danza acrobática y movimientos de gimnasia olímpica, que sirve de estímulo atlético y espiritual, según sus adeptas.
Zully Ochoa, de la academia de baile Pin Up Girls, fundadoras del Pole Dance en Colombia, es una de las arriesgadas bailarinas. Ella dice que la idea es cambiar la percepción de las personas sobre esta práctica, pues muchas se equivocan al relacionarla con el baile de los tradicionales salones de cabaret; la disciplina se ha profesionalizado tanto que ya existen competencias deportivas.
El 2 de febrero las bailarinas se tomaron las calles para celebrar el 40 aniversario de esta disciplina en Colombia. Pin Up Girls, creadoras del campeonato nacional, han ganado 21 trofeos, con alumnas y profesoras, entre los 13 y 35 años.