No controles lo incontrolable

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Uno de mis pasatiempos favoritos es trotar por un camino peatonal que hay al lado de un lago cercano a mi casa. La vista es hermosa y siempre que lo hago me relajo y me siento más feliz. Hoy, cuando salí a trotar, el cielo se volvió gris y empezaron a caer algunas gotas de lluvia. Casi de inmediato mi mente comenzó a dar vueltas: “¿Será que va a llover? ¿Será que lo mejor es devolverme? ¿Por qué no salí más temprano?” Cuando menos pensé llevaba un cuarto del camino y en vez de sentirme más tranquila y relajada, caí en la cuenta de que estaba más estresada.
En nuestra vida hay muchas situaciones que están fuera de nuestro control, pero tenemos la falsa ilusión de que si pensamos en ellas las podemos afectar. A nadie le gusta sentirse preocupado, sin embargo nos cuesta muchísimo no preocuparnos. Cuando alguien nos dice “no te preocupes”, inmediatamente pensamos ‘¿cómo no preocuparme si esto terrible podría pasar?’ Dejar ir lo incontrolable y no preocuparnos requiere que aprendamos a pensar de una manera diferente. Requiere que empecemos a confiar en lo desconocido y a tener paciencia con el ritmo natural de la vida.
Confiar en lo desconocido es un cambio en nuestra actitud. Es pasar de pensar que lo desconocido es “malo” y empezar a mirarlo como algo que tiene el potencial para ser “excelente”. Esto puede significar una simple actitud optimista de que las cosas van a salir bien; la confianza en que uno, no importa el resultado, será capaz de manejar las consecuencias; o, incluso, una creencia más profunda y espiritual, mediante la cual entendemos que todas las cosas que nos suceden son para aprender y crecer, que no importa tanto el resultado sino lo que aprendemos de cada experiencia.
Tener paciencia. Terri Kennedy dice: “La vida rara vez pasa de una manera prescrita o en un orden específico, sin embargo, suele ocurrir justo a tiempo”. Aprender a tener paciencia es aprender a esperar con calma por el “tiempo justo”. Cuando uno siembra una planta, uno no la desentierra todos los días para ver si ya creció sino que espera hasta que le da el tiempo necesario para que esta nazca y crezca. Hay muchas situaciones en la vida que es mejor darles el tiempo para que se desenvuelvan solas.
Aprender una nueva manera de pensar no ocurre de la noche a la mañana, requiere práctica, pero es posible. Parar de controlar lo incontrolable y vivir sin preocupaciones es una decisión que solo tú puedes tomar, así que pregúntate: ¿“Cómo quiero vivir?” Si la respuesta es “libre de preocupaciones”, empieza hoy por practicar una nueva manera de pensar.
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