Mi pública vida privada

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Publicado en la edición 396, 23 agosto de 2009
 
     
 
Mi pública vida privada
 
     
 
Exposición producto de una investigación, que invita a reflexionar acerca de la fotografía digital, su almacenamiento y publicación en redes sociales como Facebook
 
     
   
     
  Una joven universitaria sirvió de experimento para Diego Arango y Natalia Cadavid, docentes de la Universidad de Medellín que se preocuparon por el fenómeno de las fotografías virtuales, la manera como las nuevas generaciones ya no crean álbumes familiares ni físicos, sino que las fotos son subidas a redes sociales como Facebook, la más popular en Colombia, acabando con antiguas tendencias y costumbres.

“Hicimos una observación virtual y la escogimos a ella porque actualiza su perfil permanentemente y monta fotos de todo tipo. Hicimos una selección de más de mil fotos y las imprimimos para la exposición. Esta investigación deja muchas cosas para pensar, el afán de las personas por publicar su vida, su cotidianidad, la desaparición del álbum de familia, entre otras cosas”, explicó Diego Arango.

Sólo es un caso
El caso de esta estudiante de derecho no es el único, en Facebook muchas personas publican su vida a diario, al igual que ella, tomando y subiendo fotografías de varios momentos y algunos que pueden ser catalogados como exagerados como excesivos autorretratos.

“Lo que ella tiene es un diario visual con más de 2 mil fotos. La investigación que hacemos es una observación sobre lo que plantea la aparición de la fotografía digital en esta forma de narrar la vida cotidiana, y cómo afecta costumbres como la del álbum familiar, cómo cambian los rituales y cómo afecta a la industria fotográfica. De todas formas hay que aceptarlas como costumbres nuevas”, indicó el docente.

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El álbum personal
Otro análisis que permite la exposición es la pérdida del álbum familiar; antes las familias se reunían a ver las fotos, ahora cada persona sube a la red lo que desea y generalmente son fotos de amigos, fiestas y paseos. Los rituales también cambian, son pocas las fotografías de carácter artístico, demostrando que la intención principal es publicar la vida cotidiana con detalles.

El cambio a la cámara digital fue el inicio, antes cada obturación era razonada, ahora es posible almacenar miles de imágenes, escogerlas; algo que para Diego también ha afectado los laboratorios fotográficos. “Para mi hay crisis en algunos laboratorios. Antes la venta de la cámara estaba ligada a regresar si había buen servicio al cliente, además regalaban el rollo entonces la gente quedaba enganchada con determinada marca, eso se ha perdido”, dijo.

Mi pública vida privada está dentro del marco del Encuentro de Fotografía 2009, contiene más de mil fotografías expuestas en las paredes de la Casa Imago, en el centro de la ciudad, donde el espectador comprenderá de primera mano los alcances de cambiar lo físico con lo virtual y hacerlo público. Una muestra para analizarla desde la psicología, la comunicación y la estética, también en un conversatorio el miércoles 26 de agosto a las 7:30 p.m.

El montaje de fotografías se puede apreciar en la Casa Imago, edificio Playa Horizontal en la Avenida La Playa hasta el 27 de agosto.
Informes: 5114931.

 
 
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