Maridaje de Tren mexicano para entretener febrero

Si está en modo apretón, por los retos de la economía, haga una cuarentena, pero de las divertidas. Llame su grupo de amigos, cocinen juntos, brinden, jueguen. Mientras pasa el temblor…

Que enero suele ser muy quieto y que el inicio del año está loco y hasta miedoso en materia económica… ¡Ya lo sabemos! Entonces no ahondemos para no estresar el rato. Más bien busquemos salidas para descargar a febrero, que también suele ser frío, mientras nos acomodamos a las nuevas realidades.

Si un plan de cine o a finquear, una cena en un restaurante, una noche de rumba no tienen cabida en los presupuestos iniciales, pues quedémonos en casa, a lo cuarentena, pero en modo voluntario y divertido. Una serie en televisión, un rato de jardinería, dos y más tandas de lectura, una faena de taladro y reparaciones, unos minutos para la meditación… el plan no parece tan gris.

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Y luego, entrada la tarde, tipo cinco, que aparezca este maridaje fantástico que descubrí y que les comparto para divertir las horas en casa y como antídoto contra este azaroso inicio de año: buena compañía, con dos hay; el adictivo juego Tren mexicano; ingredientes para cocinar juntos y un par de botellas de vino. Iniciando a las cinco de la tarde, les aseguro plan barato y hasta las 12 de la noche, mínimo.

Del Tren mexicano leí que es una variación del Longana cubano, que viene del juego chino Pai Gow. Fue creado en Estados Unidos y como allá, para algunos, todo el sur es la misma tierra, lo denominaron “mexicano”. En México, en cambio lo conocen como Dominó cubano. Doble doce, también se le dice, y ofrece plan para varias rondas de juego, incluso reglas tan variables, que ya conozco tres formas diferentes de deshacerse de las fichas. Ustedes verán, pero avisen antes de iniciar la partida. ¿Se puede armar plan con Monopolio? No. Qué pereza hablar de plata. ¿Y con parqués? Ese juego nunca termina y no les queda tiempo para cocinar.

Es Tren mexicano y punto y entre tanta y tanda, que la pasión por el juego no los mate de hambre. Un guacamole, hecho en casa, con cuartos de arepa frita, saciarán el rato. Para el maridaje, un blanco Chardonnay servido a seis grados (tras una hora de permanencia en la nevera) harán la armonía perfecta. Lástima que en Colombia no tenemos vinos mexicanos, porque sería una buena oportunidad de probar Don Leo, que obtuvo en Francia en 2021 la medalla de oro, como mejor del mundo, en el Concours International Des Cabernets para su Cabernet Sauvignon Gran reserva.

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Vuelvan a las fichas del Tren, a retarse en estrategias de bloqueo y de aprovechamiento de los pares y cuando el hambre llame de nuevo, preparen entre todos una tanda de tacos al pastor: carne de cerdo, adobo, achiote, especias, chiles rojos, cebolla y cilantro. Un vino rosado, también a seis grados, hará el complemento perfecto.

Si se acomodan mejor con el nombre Dominó cubano, también hay menú par: masitas de puerco, que se logran con cerdo cortado en trozos medianos y frito, naranja agria, orégano, comino, pimienta negra, sal y cebolla. Y, a falta de vino local, bien funcionará un Merlot chileno.

Espero que se animen. Al mal tiempo, buena compañía, un par de brindis y mucho juego.

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