Los que saben de paz

Los que saben de paz

/ Etcétera. Adriana Mejía
Este fin de semana se reanudan en La Habana las negociaciones de los cinco puntos de la agenda fijada por el gobierno y las Farc (El primero, desarrollo agrario integral, se evacuó tras seis meses. El segundo, participación política, se discute hace dos). Y una de las maneras de no ser espectadores pasivos de lo que se viene para el país es analizando testimonios calificados. Estos tres son un ejemplo:

Frederik de Klerk, expresidente de Sudáfrica, Premio Nobel de Paz con Nelson Mandela por haber logrado erradicar el violento apartheid que, desde la colonización, había bañado de sangre y alimentado de injusticia ese país: “Una negociación verdaderamente exitosa significa que las partes que negocian reciban lo suficiente para que satisfagan sus preocupaciones principales a través de unas concesiones que se puedan trabajar. En el caso de Sudáfrica yo me ponía en los zapatos de la otra parte y el señor Mandela en nuestros zapatos, para preguntarnos cuáles de las preocupaciones del otro bando eran razonables. Yo tenía una lista de diez cosas que eran inamovibles. Otra lista de diez, de la que debía obtener seis, por lo menos. Y las últimas diez, no tan importantes, tenían fines estratégicos. Al final logré mis diez principales y ellos también lograron sus diez. Así es como funciona una negociación exitosa”.

Joaquín Villalobos, excombatiente salvadoreño, fundador y dirigente de una de las facciones del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, artífice de la firma de paz con el presidente Cristiani, experto en posconflictos: “Las Farc son el único grupo insurgente armado del mundo. Ellos son los que más prisa tienen en que este proceso salga adelante. Les urge actuar en política porque, o hacen la paz, o se formalizan como bandidos. Ningún otro futuro tiene la guerrilla en Colombia. En la actualidad son el gran obstáculo para que la izquierda pueda competir democráticamente; mantienen la agenda de seguridad y contribuyen a mantener la hegemonía conservadora en este país. Son el generador del miedo a la izquierda porque como se supone que son parientes ideológicos de ella, pero hacen y han hecho terrorismo… Lo mejor que les puede pasar, a ellos y a Colombia, es que pasen a hacer política, que sean parte del sistema”.

Antonio Navarro Wolff, exdirigente guerrillero del M-19 y protagonista de los acuerdos logrados entre ese grupo y el gobierno de Virgilio Barco, comprometido con la democracia y el ejercicio político, exconstituyente, exsenador, exgobernador, exalcalde: “Tomamos la decisión de firmar la paz porque teníamos apoyo ciudadano. Eso es lo más importante, no la letra menuda. Por ahora, es difícil pensar que las Farc tengan un gran apoyo. Por eso no entiendo a los que se oponen al proceso de paz cuando dicen que quieren entregarle el Congreso a la guerrilla. Lo que les van a dar es la oportunidad de que salgan a conseguir votos y, eso, no les va a quedar fácil. Tienen figuras políticas formadas, pero deben buscar el chip para conseguir más apoyo público, pues cuando ya no tengan las armas dependerán de él. Además de firmar la paz, las Farc tienen que hacer muchas otras cosas para ponerse en sintonía con la clase media y los sectores urbanos”.

Etcétera: Si creemos que de lo que está pasando en Cuba sabemos poco, investiguemos por nuestra cuenta sobre los caminos tortuosos que tuvieron que transitar otros países para llegar a procesos exitosos; aclaremos los conceptos “perdón”, “reconciliación”, “justicia transicional”, “posconflicto”; pongámosle más razón que vísceras al asunto, y no dejemos que nadie nos coma el coco ni a favor ni en contra de la posibilidad de paz que se cuece en la isla. Tarde o temprano, como sociedad, seremos coprotagonistas. Que el momento nos coja preparados.
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