La miomatosis puede evitar el anhelado embarazo
a presencia de miomas puede cambiar la forma del útero hasta el punto de convertirlo en un lugar no propicio para el normal desarrollo del embrión.
Los miomas en el útero pueden ser determinantes para que una mujer no pueda tener un embarazo. Estos tumores beningnos (no cancerígenos) normalmente se hallan en mujeres mayores de 40 años, sin que esto quiera decir que no puedan aparecer en mujeres menores. Las dificultades que reviste su presencia tienen que ver con el desarrollo de los embriones (el resultado de la fertilización del óvulo con espermatozoides). Estos necesitan un útero en buenas condiciones para aferrarse apropiadamente, pero los miomas pueden cambiar la forma de este o alterarlo de tal manera, que se convierten en un escollo insalvable para lograr el milagro de la vida. Al no tener buenas condiciones allí, los embriones se desprenden o no logran desarrollarse, incluso antes de que la mujer pueda sentir síntomas ni darse cuenta de un atraso en su menstruación. En otros casos, el embrión alcanza a asentarse en el útero, pero no de una buena manera, produciendo un embarazo que, más adelante, probablemente se interrumpirá por falta de condiciones apropiadas. Detectar la miomatosis solo es posible con una ecografía (una citología por sí sola no es suficiente) y solo se procede a la cirugía cuando su tamaño interfiere con el buen desarrollo del embarazo. No producen síntomas, aunque en algunos casos pueden causar dolor, sangrados extraños o abundantes. Cuando no son aún muy grandes se puede iniciar un tratamiento con medicamentos para frenar su crecimiento. Las mujeres deben estar muy atentas porque se estima que el 40% de las histerectomías (extirpaciones de la matríz) se efectúan como tratamiento de miomatosis uterina. Romper las barreras de la infertilidad es posible, visitando CONCEVIDAS.