La endometriosis no es una barrera definitiva
Aunque no es curable, la endometriosis se puede tratar para disminuir el riesgo de infertilidad futura.
Alrededor de un 30 o 40 por ciento de las mujeres con endometriosis no son fértiles y se sabe que por lo menos 5,5 millones de mujeres la sufren en Norteamérica. Es una enfermedad progresiva porque se trata de residuos de sangre que se quedan en el interior del cuerpo luego de la llegada de las menstruaciones y que no pueden ser eliminadas naturalmente. En una paciente con endometriosis, al tener problemas para limpiar los remanentes, estos empiezan a ganar en tamaño y pueden llegar a tapar las trompas de falopio, afectar los ovarios y crear un ambiente hostil para el óvulo y el proceso de fecundación. Obviamente, con cada ciclo femenino su incidencia irá creciendo, por eso es recomendable que se inicien, lo más rápido posible, tratamientos médicos o quirúrgicos que mantengan controlada la enfermedad y eviten problemas de fertilidad en el futuro. La prevención es muy importante para lograr que el milagro de la vida tenga una oportunidad en cualquier etapa de la vida fértil. Aunque es posible un embarazo aún con esta condición, las posibilidades se reducen. Por eso las mujeres con endometriosis que deseen un embarazo, deben consultar a centros especializados, pues es posible que necesiten tratamientos que les ayuden a concebir. Romper las barreras de la infertilidad es posible, visitando CONCEVIDAS.