¿Mejoró, empeoró o siguió igual?

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¿Mejoró, empeoró o siguió igual?>
¿Ha mejorado la calidad de la educación pública en Medellín en los últimos años? ¿Han servido programas como Buen Comienzo y los parques biblioteca?
Expertos evalúan.

Siempre se ha dicho que en Colombia, y Medellín no es la excepción, la calidad de la educación pública es inferior a la de la educación privada. Los más radicales la tildan de mala. Incluso en la reciente campaña electoral algunos candidatos dijeron que el día en que los ricos matriculen a sus hijos en colegios oficiales podremos asumir que la calidad de la educación pública es buena.
Pues si bien Medellín no está todavía en este punto y quienes matriculan a sus hijos en colegios públicos lo hacen más por consideraciones económicas que de calidad, lo cierto es que sí ha mejorado.
No solo lo refrendan expertos en el tema como Juan Luis Mejía, rector de Eafit, exsecretario de Educación y exministro de Cultura, sino datos como que en Medellín está el 55 por ciento de los colegios oficiales del país certificados en calidad. Así mismo, indicadores como las pruebas Saber y las del Icfes. Por ejemplo, entre los años 2002 y 2009 Medellín presentó los más altos niveles de mejoramiento en el país, al aumentar el desempeño estudiantil más de 10 puntos en áreas como matemáticas y lenguaje.
Valga recordar que el 83 por ciento de la población estudiantil de la ciudad está en colegios públicos, incluyendo los jardines infantiles, lo que equivale a 410 mil estudiantes.

Causas del cambio
Varios son los aspectos que han logrado que la educación pública en Medellín esté hoy mucho mejor que al empezar el tercer milenio.
En opinión del Secretario de Educación Municipal, Felipe Gil, “los últimos gobiernos han hecho una apuesta muy grande por la educación oficial con calidad, con inversiones en nuevas infraestructuras, ambientes de aprendizaje, dotación en tecnología, entrega de libros, gratuidad de la educación, factores que llevan a que sea la ciudad que más está creciendo en las pruebas Saber de quinto y noveno, que tengamos colegios públicos en los indicadores más altos del Icfes y hayamos construido experiencias como las Olimpiadas del Conocimiento con 90 mil participantes este año, y el Premio Medellín la Más Educada, que estimula el mejoramiento de los colegios de la ciudad”.
Durante la administración del alcalde Alonso Salazar se invirtieron en educación en Medellín dos billones y medio de pesos -860 mil millones en 2011-, cerca del 30 por ciento del presupuesto total del Municipio. Esta inversión también contempla el desarrollo de infraestructuras que complementan el servicio educativo, como el Parque Explora, los parques biblioteca, el Jardín Botánico, el Centro Cultural Moravia y la edificación de nueve jardines infantiles de Buen Comienzo.

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El punto débil
León Vallejo, Secretario de Asuntos Pedagógicos y Educación Sindical de Adida, opina que aunque es indudable que los parques biblioteca y los colegios de calidad han sido importantes para elevar la calidad de la educación en Medellín, el programa Buen Comienzo falla al entregar la educación a particulares, pues el Municipio lo contrata con 50 entidades diferentes.
Así mismo, considera que afecta la calidad el hacinamiento en los grupos escolares, con un promedio de 45 alumnos, cuando países como Finlandia tienen un promedio de 18 estudiantes por salón y quieren disminuirlo por considerarlo inconveniente para una buena educación. Cabe anotar que Finlandia es ejemplo mundial en educación de calidad.
León Vallejo señala otro punto negativo y es el mismo que por décadas ha sido cuestionado y al que se le atribuyen buena parte de las deficiencias de la calidad de la educación en Colombia: el bajo nivel salarial de los maestros, punto de partida para un círculo vicioso. Si hay conciencia de que el futuro del país depende de su educación, no se entiende por qué no se estimula a los educadores desde lo primordial: pagos dignos, a la altura de la importancia de su labor. Por eso muchos opinan que mientras el gobierno nacional no mejore las condiciones salariales y la capacitación de los educadores, todos los esfuerzos seguirán quedando cojos.
En su mayoría, los maestros deben deben pagar de su bolsillo especializaciones y maestrías, lo cual es imposible si se tiene en cuenta que, en promedio, ganan mensualmente un millón 200 mil pesos. En el caso de Medellín, eso devengan cuatro mil de sus casi 11 mil profesores. Así, no solo es difícil que asciendan en el escalafón sino que los directos perjudicados son los estudiantes, en manos de personas no cualificadas suficientemente. Eso es notorio en tareas que a menudo se les ponen a los estudiantes de los colegios públicos de la ciudad, las mismas de hace 40 años, consistentes en memorizar sin reflexionar sobre asuntos como la Revolución de los Comuneros.
Para Juan Luis Mejía, sin embargo, Medellín ha avanzado en la dignificación del papel del maestro y hoy se le valora más que hace algunos años. Precisamente, de acuerdo con un estudio realizado por la Secretaría de Cultura Ciudadana, el magisterio es la institución más respetada hoy en la ciudad, incluso por encima del clero. “Esta dignificación y el esfuerzo que se está haciendo con programas como Buen Comienzo, darán sus frutos en unos años”, concluye.

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