Flores de Oriente para las madres del mundo

En estas tres últimas semanas, como cada año, se vivió una frenética actividad en los cultivos y el aeropuerto José María Córdova, para suplir el interés mundial por nuestros crisantemos, hortensias y otros sentimientos con pétalos.

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En las dos temporadas de mayor demanda mundial de flores, San Valentín (14 de febrero) y Día de Madres (segundo domingo de mayo), la floricultura antioqueña, su cadena logística y diversos organismos oficiales activan el Plan Pétalo, una estrategia en la que intervienen cerca de 30 entidades, entre públicas y privadas. El Oriente antioqueño es la segunda región exportadora de flores del país, con 246 predios especializados en esta actividad, desde los cuales se cultivan y preparan más de 700 millones de tallos (unas 50 mil toneladas) para esta temporada de madres, que arrancó, para todos ellos, el pasado 15 de abril, y terminó oficialmente esta semana, el día 8 de mayo, con un ¡misión cumplida!

En los cultivos de crisantemos se preparan millones de esquejes (piecitos) para que éstos echen raíces y sean pasados a tierra. El 49 % de las flores antioqueñas de exportación son crisantemos, en tanto que el 29 % corresponde a hortensias.
La floricultura genera, en el Oriente antioqueño, 16 mil empleos formales directos y más de 2.500 indirectos, según datos de la gremial Asocolflores. Más de la mitad, para madres cabeza de familia, como esta trabajadora en el cultivo Vegaflor, en Llanogrande.
Los cultivos de flores para la exportación cuentan con procesos certificados internacionalmente, los cuales van más allá de lo ambiental. El comercio justo y el bienestar laboral son también exigencias del mercado mundial, que los floricultores antioqueños cumplen con empleos formales de calidad.
Agregar mayor valor a sus productos ha sido una constante en la actividad. De vender cajas de flores hace 40 años, se pasó a negociar las condiciones por tallo y hasta la venta de bouquets o ramos ya listos, muy solicitados por supermercados en Estados Unidos.
Los cargamentos de flores, sean de tallos o bouquets, son revisados aleatoriamente por expertos del ICA (Instituto Colombiano Agropecuario), en la zona de carga del aeropuerto José María Córdova, con el fin de certificar la no presencia de plagas, como hongos o insectos.
Efectivos de la Policía, encargados de la inspección de todo tipo de cargas destinadas a mercados internacionales, dan fe de que las cajas solo contienen flores o bouquets.
La cadena de frío (entre 2º y 8º C) permite que las flores tengan una mayor vida útil, desde que salen de los cultivos hasta su embarque en aviones de carga especializados.
Este carguero 767, de Latam, vuela desde el José María Córdova con 50 toneladas de flores en cada viaje. Esta firma llevó 300 millones de tallos antioqueños, en el pico de Día de Madres.
“Día de Madres es tres veces más importante que San Valentín para nosotros, pues producimos crisantemos, que es lo que más se demanda en este pico”. Miguel Vásquez, gerente de Vegaflor, en Llanogrande.
Cuatro razones del éxito de la floricultura en Oriente: 2.150 msnm, en el valle de San Nicolás, altura ideal para cultivar crisantemos y hortensias; 12.5 horas de luz solar diaria beneficia los cultivos de flores en Llanogrande y La Ceja; 17º C temperatura promedio en el valle de San Nicolás, propicia para la floricultura comercial; 2.200 mm de lluvias anuales, factor coadyuvante para el éxito de esta actividad agrícola.
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