Del puente para allá…

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Denuncias ciudadanas
Del puente para allá…
En Guayabal piden que les cumplan con las obras complementarias por el puente de la 4 Sur


Entre mayo de 2010 y noviembre de 2012 este tema ha motivado tres debates en el Concejo; 20 reuniones de comités ciudadanos de obra; nueve reuniones de comisiones accidentales; nueve recorridos por la obra y tres reuniones extras en el despacho de la Secretaría de Obras Públicas, hoy Infraestructura, con el anterior secretario, Sebastián Álvarez, y con el actual, José Diego Gallo

Han pasado casi 14 meses desde la inauguración del puente Gilberto Echeverri (4 sur). Los cuestionamientos en el lado de El Poblado siguen presentes porque los embotellamientos persisten.

Pero no es la única inconformidad que se ha generado tras su inauguración. La comunidad del barrio Cristo Rey, en Guayabal (al otro lado del puente), también viene denunciando “la discriminación(…) en cuanto al incumplimiento de obras complementarias y de compensación…” según dice en los documentos de la veeduría de la obra, en esa zona de la comuna 15.

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Alegan que las obras complementarias no se han iniciado, y menos aún las obras de compensación solicitadas. En entrevista con Rubert Vanegas, miembro de la veeduría, Vivir en El Poblado conoció cada una de las peticiones y quejas de la comunidad.


Barrera de acústica y hollín
El puente llega a la calle 2 Sur (en Guayabal), por donde era la entrada principal de la I.E. Cristo Rey. Allí se ubicó un pare, pero cuando arrancan los carros se genera más emisión de material particulado y más ruido, lo que afecta al colegio. “Solicitamos una barrera acústica como la que tienen la urbanización Vegas de El Poblado y la Clínica Las Vegas. La barrera que pusieron en la I.E. son unos arbustos. Dicen que no hay presupuesto para obras complementarias ni para compensaciones en Guayabal. El puente se planeó para 100 mil millones de pesos y costó más de 200 mil millones. Las obras que necesitamos no valen 2 mil millones”.


Reubicación de la puerta
En marzo de 2012 la puerta de acceso al colegio no estaba en servicio. Solo en abril de 2013 la pusieron en funcionamiento. “Esa obra la hizo la Secretaría de Educación, porque Infraestructura dijo que era responsabilidad de ellos. Esta puerta principal, que está en la 50 E, mide unos 10 metros, es muy buena, pero no se ubicó adecuadamente, pues un árbol que ha estado allí por años quedó obstaculizando el paso”. El acceso en rampa, que sirve también para personas discapacitadas, lo hizo la comunidad con dineros del Presupuesto Participativo. Debido a este árbol este colegio, que alberga a 700 estudiantes, no tiene acceso para vehículos.


Fachadas y despachadero
“Cuando usted viene de El Poblado, al lado izquierdo puede ver unas casas. Como esa vía la ampliaron, tumbaron unas dos o tres casas. Así que las que quedaron en esquina tienen fachadas sin terminar. Se las dejaron así a los propietarios. Conconcreto llegó, modificó varias viviendas y cuando se fueron no las arreglaron”. El parqueadero de buses Guayabal 140 es otro tema. Al parecer la promesa fue hacer una bahía en una zona que hoy tiene un muro y una malla, sitio que no ha sido intervenido. Por ahora los buses están cuadrando en la calle, afectando el sueño de los habitantes del sector, pues empiezan a transitar a las 4 am.

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Módulos comerciales
Siguen cerrados. Los comerciantes que tenían cafeterías se vieron afectados. A diferencia de las grandes empresas, que sí encontraron para dónde irse, a los medianos y pequeños empresarios les dijeron que los iban a ubicar en los bajos del puente, pero, como denuncia la veeduría, “eso está muerto”. Algunos los utilizan como orinal y se prestan para “consumo de drogas y actividades sexuales”. Los comerciantes dicen que no han recibido los módulos debido a las restricciones para su entrega. La zona, además, no sería atractiva comercialmente por la oscuridad y bajo tránsito de personas. Allí pidieron un centro de integración barrial, pero nadie responde.



No han instalado cámaras
Los vecinos piden cámaras para la parte superior del puente y para los bajos, porque sienten que se volvió peligroso. “Allí atracan porque eso no tiene dinamismo. Simplemente hay un vigilante con dos perros, pero él está encerrado en la malla. Hace dos o tres meses el ELN puso algo ahí, así hayan dicho que era algo de bajo poder”. Los atracos a muchachos que estudian en el Politécnico y pasan por el puente a pie, también han prendido las alarmas. “De la ESU no han asistido a ninguna reunión y me reconocieron que para el puente de la 4 Sur (en la parte de Guayabal) no había cámaras presupuestadas”, advierte el veedor.


¿Y la cancha de arenilla?
Los planos oficiales conocidos con anterioridad por los habitantes de Cristo Rey, contemplaban una placa polideportiva en los bajos del puente. Ante esta propuesta la comunidad prefirió pedir que una de las canchas de arenilla se convirtiera en cancha sintética, como parte de las obras de compensación. Ahora el dilema es que ni se ha construido la placa ni tampoco se ha adelantado ningún trabajo para reemplazar el suelo de la cancha de fútbol mencionada. “En la cancha solo hicieron cuatro huecos, dizque para estudio de suelos, y no se volvió a ver nada más. Ahora lo que dicen es que no hay presupuesto”.


Vías malas y oscuras
Rubert denuncia que “el puente no solo afectó a la 2 Sur, sino a las vías de El Rodeo, por Cristo Rey, y la zona de Barrio Nuevo, por Colcafé. Se afectaron por el flujo vehicular. Los cambios de dirección hicieron que los carros vayan por calles que no son las más apropiadas”. Estas modificaciones llevan a que quienes se desplazan por la 80 o la autopista, tomen estas vías. Por lo tanto, ahora están “reventadas”. La comunidad dice que solo se ha hecho reparcheo, y pide repavimentación completa. Advierte, además, sobre la necesidad de mejorar la iluminación, porque las vías aledañas se han acogido un flujo que solo se ve en vías principales.


Vivienda indigna
Esta denuncia tiene que ver con las condiciones en las que vive una familia a dos metros del puente (foto principal). “Como veeduría trajimos al personero municipal para que viera esta miseria. No hay agua potable y tiene goteras por todos lados. Viven ahí hace 20 años. El tema es que ellos le pagaban a una señora que se murió hace 10 años, y se quedaron sin a quien pagarle porque no tenía herederos. Ellos han adquirido un derecho de posesión, pero la EDU los quiere sacar sin darles un peso ni una solución de vivienda. Dicen en la administración municipal que solo están esperando que se cumplan los términos de ley para sacarlos”, denuncia Rubert.


Sin respuesta de la Alcaldía
Durante dos semanas Vivir en El Poblado solicitó a la Secretaría de Infraestructura Física de Medellín un explicación y respuestas a estas denuncias. Sin embargo, al cierre de esta edición no había sido posible obtenerlas por parte del secretario José Diego Gallo o alguno de sus funcionarios.

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