Dicen los expertos que lo mejor es dar un regalo de cada clase: uno de movimiento, uno de juego colectivo, uno de acción, uno de desarrollo intelectual, etcétera, y acompañar a los niños en su descubrimiento y uso. | ||
A falta de datos propios, buenos son los de otros: en España un niño recibe en promedio 6 regalos de Día de Reyes (lo que nosotros hacemos aquí en la Navidad) y los padres gastan unos 180 euros en regalos. A esa cifra faltaría sumar lo que se gastan los tíos y abuelos, tantas veces metidos en absurdas competencias por dar el mejor regalo. ¿Qué tan diferente puede ser eso entre nosotros? No mucho, ni en cantidad ni en plata, como bien lo saben los padres de niños pequeños. Lo que sí es muy difícil de determinar, y al mismo tiempo absolutamente necesario, es cuántos regalos son suficientes y cuánto dinero van a gastar en esos regalos los padres, los tíos y los abuelos. Hace ya muchos años que la idea del traído del niño Dios -o la del cumpleaños, que para el caso es lo mismo- fue remplazada por una avalancha de regalos que hace que los niños nos sepan qué les dieron, ni quién se los dio ni a son de qué. Si en algo coinciden los expertos en crecimiento y desarrollo, es en que sobrecargar a un niño con regalos no es precisamente lo mejor que se puede hacer por él. Muchos regalos juntos, recibidos todos en el mismo momento, lo saturan al punto que los unos anulan a los otros y lo que se produce es, a los ojos del niño, una desvalorización general de todo lo que le dieron. La queja de los adultos, los abuelos los primeros, es que el niño no valora lo que tiene. Y esa desvalorización general de los juguetes se acentúa si el niño recibe constantemente pequeños regalos sin motivo aparente. Juguetes y juego |
Abundancia de regalos
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