Las nueve vigas metálicas, que sostendrán la luz de cada uno de los dos puentes en el futuro intercambio vial del aeropuerto José María Córdova, están prontas a ubicarse todas en su lugar, haciendo que se asome, por sobre las polisombras, una parte emblemática de este proyecto.
Cada puente tiene 40 metros de largo y 16 de ancho, lo cual permitirá albergar dos carriles vehiculares para su desplazamiento unidireccional y uno de aproximación o salida, conectado con los anillos u orejas que permitirán las opciones de giro. Al ojo del transeúnte, va cuajando esta obra, con su peculiar diseño, parecido a un trébol de cuatro hojas (ver foto de valla).
230 helechos sarros se sembraron para compensar 23 talados.
Dichos puentes no solamente permitirán que los carros lleguen o salgan con facilidad del terminal aéreo; también podrán ser aprovechados de forma segura por los peatones, un gran avance respecto a lo que hoy existe para ellos, prácticamente abandonados a su suerte en la actual glorieta y vías de confluencia, con pocos andenes y señalización.
A la par del evidente avance en los puentes, Mincivil S.A., subcontratista constructor, está levantando los muros metálicos que soportarán los aproches (espacios entre puente y terreno). Además, se está preparando lo que será el retorno sur (hacia Llanogrande) y se logró la reubicación técnica de redes secas y húmedas que confluían en la glorieta, como las de Conhydra, EPM y Tigo, de las que no había registros previos.
229 obreros tiene la obra hoy; solo 19 son de la zona, pese a convocatorias.
También se avanza en la construcción de los sumideros necesarios para el desagüe de aguas lluvias y su conexión con el sistema de alcantarillado existente, esencial para que, a partir de ellos, se instalen las restantes estructuras del intercambio, principalmente las peatonales y de zonas verdes. Están garantizados los 26 predios de la Nación, 4 del Departamento y 8 de los 12 que se vienen negociando con particulares.
Futuro posible
En la Mesa de Movilidad de Oriente, la Aerocivil presentó alternativas de cómo sería la ampliación del JMC, que impactará el uso del futuro intercambio. Es probable que el nuevo terminal se levante en medio de las dos pistas (la actual y la futura. El ingreso, entonces, luego del intercambio, podría ser tomando la vía a Guarne y de ahí, un desvío; o por el sur, en el sector Barro Blanco. Habrá que esperar el Plan Maestro definitivo que presente la Aerocivil.