En defensa de la prensa, otra vez

Una y otra vez, el presidente Gustavo Petro arremete contra la prensa, contradiciendo una de sus más importantes promesas de campaña. 

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Tiene un grave problema con las palabras el presidente Gustavo Petro. Con las palabras que dice, con las que calla y con las que pretende callar. Calla ante las tiranías, pero suelta diatribas, a borbotones, contra los ciudadanos a quienes juró respetar y proteger. Y pretende callar a quienes, en el cumplimiento de su labor, informan lo que deben informar. 

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Nuevamente se le olvidó al mandatario el respeto que, desde su cargo, debe a la prensa. La periodista Ana Cristina Restrepo se lo recordó esta semana en su cuenta de X, a raíz de las desobligantes declaraciones que soltó en el evento de posesión de la nueva Defensora del Pueblo, en Nuquí, Chocó. La periodista le recordó la vigencia de la norma surgida a raíz del caso de violencia contra Jineth Bedoya:

“La Ley 2358 de 2024 obliga al gobierno a avanzar en la protección y garantía de los derechos humanos de las periodistas. (…). No es un favor, es cumplir la ley”.

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Ya nos tiene mal acostumbrados el presidente a sus palabras disonantes, que se crecen y distorsionan cuando está frente a un público que le aplaude profusamente. Pero este último discurso generó respuestas airadas, con toda razón:

“Las periodistas del poder, las ‘muñecas de la mafia’ -dijo-, construyeron la tesis del terrorismo en la protesta…”.

La misma periodista Restrepo le recordó la incoherencia de sus palabras:

“La estigmatización es un ‘relato’ construido, una ‘narrativa’ creada para deshumanizar. Es una práctica sistemática del Estado que ha destrozado vidas. Usted lo sabe, presidente, porque lo ha vivido. Lo de ‘muñecas de la mafia’ no es solo un epíteto sexista, que generaliza. Esto lo iguala a usted, presidente, con lo que siempre ha combatido”. 

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Jonathan Bock, de la FLIP -Fundación para la Libertad de Prensa- también se pronunció: “Son conductas que generalizan, estigmatizan y perpetúan los estereotipos de violencia contra las mujeres periodistas”. Y a él se unieron todos los gremios de medios del país, las casas editoriales y los periodistas colombianos. 

Así se pronunció la periodista y gestora cultural Claudia Morales: “Soy periodista y por encima de eso, soy mujer. Y le pido respeto a usted, presidente, que debería ser ejemplo de sensatez. Denuncie formalmente ante las autoridades, si es el caso, hechos”.  Y Vanessa de La Torre: “…es un irrespeto y una manifestación de misoginia y machismo”. Y Vicky Dávila: “… (la frase) tiene una carga de profundidad. MISOGINIA pura, MACHISMO”. Y Darcy Quinn, Paula Bolívar, Diana Giraldo… periodistas que han demostrado valor, responsabilidad y conocimiento del oficio, en un país en el que no es fácil ejercerlo, y menos con el hostigamiento permanente del primer mandatario.

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Pero la voz que más resonó fue la de Iris Marín Ortiz, la nueva Defensora del Pueblo, en cuya posesión el presidente pronunció esas palabras, opacando la celebración de tener por primera vez a una mujer liderando esta entidad. En su cuenta de X, Marín dijo:

“Seré coherente: la columna de esta Defensoría del Pueblo es la igualdad. Rechazo toda forma de violencia contra las mujeres. No hay espacio para estigmatizaciones o agravios frente a las periodistas”. 

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