De un tajo, Germán Jiménez cortó una exitosa carrera periodística de 35 años, los últimos 15 dedicados a la investigación de rentas criminales y corrupción. Y lo hizo a partir de un diagnóstico médico que fue sentencia: “Tienes una depresión mayor, riesgo de muerte”.
Era octubre de 2019 y ese día alguien murió: el periodista galardonado, respetado y temido en ciertos círculos. El que se hizo a un nombre y prestigio por su trabajo minucioso para la Cámara de Comercio de Medellín y los diarios El Mundo y El Colombiano.
Reconoce que tal epifanía era, en realidad, un pedido del alma que acompañó su cuerpo. “Un conflicto laboral, que gestioné mal, me generó más de siete enfermedades físicas y emocionales, todas tratadas con medicamentos; silenciosas invitaciones a un nuevo destino”.
Fue tan desgastante ese proceso legal que vino con cirugía de corazón. “Me obsesioné con la sed de justicia, el victimismo, las heridas del desprecio, traición y desesperanza; llegué a idear el suicidio como solución. Mis dos hijos borraron esa tentación; decidí mirar el conflicto con una perspectiva menos dramática”.
“Mi ego se rindió. También lo hizo el miedo, al que le pedí que me diera una pausa porque ya había pactado una larga cita con la vida”.
Un psiquiatra le recetó risperidona y se percató de que es un medicamento para esquizofrénicos. “Me derrumbé, me recriminé por haberme desfigurado, por haberme victimizado y por entregarle el control de mi vida a mis presuntos victimarios. Eso me dio un aliciente para comenzar a sanar, basado en un renovado sentido de responsabilidad emocional”.
Acabó con “los guardaos” y se aferró al amor de hijos, familia y pareja, claves para sobrevivir y conectarse con su nueva misión de vida; una vida más allá del periodismo. “La escritura fue parte de mi terapia y ahora es el corazón de mi taller Libera tu escritura, con el que ayudo a las personas a superar sus limitaciones y sanar historias personales”.
De los 23 libros que llevan su firma, literalmente, los últimos cinco le han salido del alma: Así me hablo para sanar mis heridas emocionales, El juicio final del miedo, Amando desde el corazón de mi vagina, Los deseos de mi sombra, “y mi primera novela corta, que he remitido a un concurso internacional: Isaías 666, la lealtad al oro de satanás”.
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