Sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos

Dedico esta columna a una amiga que tomó la decisión de no estar. Intento entender su dolor y su angustia extrema; y debo preguntarme, ¿qué pude haber hecho yo para ayudar? En el camino encuentro muchas preguntas y respuestas; pero, sobre todo, la certeza de la necesidad de hablar del tema para trabajar juntos como personas y como comunidad.

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Dice la leyenda que una antigua maldición china reza: “Que vivas durante tiempos interesantes”. Le pido a ChatGPT sinónimos de “interesante” y me lanza, en fracción de segundo, 15 palabras semejantes: fascinante, atractivo, apasionante, intrigante, aventurero, cautivador, emocionante, estimulante, envolvente, divertido, curioso, notable, sugestivo, excepcional, inspirador.

La inteligencia artificial [IA] no parece estar de acuerdo con el milenario conjuro asiático, pues todo lo que trae a la conversación es positivo (si se puede llamar “conversación” a lo que hacemos con la IA). Vivir en “tiempos interesantes” puede ser tanto una bendición como una maldición. Estos momentos “interesantes” de la historia del mundo generalmente se relacionan con períodos de agitación, alteraciones significativas o eventos históricos turbulentos; así pues, los momentos de cambio y desafío pueden ser apasionantes, pero también pueden ser peligrosos o difíciles.

Estamos en una época donde estamos rediseñándolo todo; es decir, todo lo que hacemos cambiará en la próxima década en medio de una transformación muy profunda. Nunca habíamos tenido tantas posibilidades y oportunidades; pero así mismo, como la otra cara de la moneda, nunca habíamos experimentado tanta sobrecarga de información, ansiedad e incertidumbre.

Hablamos del mundo VICA, volátil, incierto, complejo y ambiguo; y del mundo FANI, frágil, ansioso, no lineal, e incomprensible; características todas que parecen atropellarnos en nuestra rudimentaria capacidad de adaptación. No obstante, tenemos el privilegio de vivir durante el momento más emocionante de la historia de la humanidad: estamos en un punto de inflexión al transitar de la era industrial a la era del conocimiento, donde las tecnologías exponenciales (biotecnología, computación cuántica, interfaz cerebro- computadora, blockchain, realidad virtual aumentada, robótica, nanotecnología, etc) convergen para crear posibilidades inimaginadas años o inclusive meses atrás.

Esta no es una era de cambios, ES UN CAMBIO DE ERA; es una metamorfosis de la especie humana que se abre a una nueva ventana donde dejamos de lado la individualidad extrema, o la naturaleza física de comportarnos como partículas; para pasar a “ser por el otro”; “yo soy porque el otro existe” y me veo como comunidad – común unidad. Este es el momento donde todos tenemos que existir para el otro y lo otro; eso significa dejar de vernos como partículas y asumirnos como ondas que oscilamos en armonía – parte del todo.

A pesar de que hoy podríamos llevar las vidas más llenas de sentido como nunca antes en la humanidad, nos encontramos en plena postpandemia, abrumados en una sociedad con importantes signos de deterioro de la salud y del bienestar emocional, mental y espiritual (Bienestar EME). Estamos enfermos del alma y necesitamos reconocerlo para podernos cuidar, aliviar y fortalecer entre todos.

Llega un momento en el que la humanidad está llamada a cambiar a un nuevo nivel de consciencia. Un momento en el que tenemos que despojarnos del miedo y darnos esperanza el uno al otro; y ESE MOMENTO ES AHORA.

Todos estamos ética y moralmente llamados a ayudar y ayudarNOS; simplemente porque cada uno de nosotros tiene ese poder y siempre podemos dar una mano, hacer una pregunta o dar una sonrisa que puede salvar una vida. Hace tan sólo un par de días me abordó una joven luego de dar una charla; y allí me contó que ella estuvo a punto de rendirse. Cuando le pregunté por qué no lo hizo, su respuesta me tocó el alma: “porque me llegó un whatsapp de una desconocida que me decía que no estaba sola, que sabía que yo sufría y que estaba allí para mí. Eso por absurdo que parezca, hizo toda la diferencia”, me dijo, y nos emocionamos.

Atravesamos tiempos excepcionales, y hoy somos personas con capacidades excepcionales. El mundo requiere hoy la mejor versión de cada uno de nosotros. Con respecto a la salud mental y al bienestar EME, todos estamos en riesgo; ninguno está libre de una crisis; por eso, la invitación que hago hoy es la de la acción: todos tenemos instalado “de fábrica” el poder de la escucha y la observación. Observemos con los ojos del corazón y pongámoslos con pasión al servicio de todo aquel que necesite una sonrisa
o una palabra para saber que mañana será otro día.

PD: El 28 de octubre del 2021 compartí con mi bonita amiga cinco aprendizajes de la pandemia. HOY estas lecciones son más relevantes que nunca:

  1. Que somos frágiles… inmensamente frágiles como individuos y como sociedad…
  2. Memento Mori: Ese es el regalo… Que NO PODEMOS OLVIDAR que somos mortales.
  3. Y que la vida es YA … Que cada día es INCREIBLEMENTE valioso…
  4. Que los límites están en la mente… Que los seres humanos somos capaces de SUPERARLO TODO. Si nos lo proponemos y trabajamos juntos
  5. Que lo realmente valioso son las personas que amamos… y lo que hacemos por los demás es lo único importante.
    Que aprender nos alivie el corazón, la mente y el alma. Amén.
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