Piden más vigilancia

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Piden más vigilancia 
Los hurtos en este sector de El Poblado siguen dando motivo de quejas


Con carpa naranjada, el restaurante Las Tulias

El restaurante Las Tulias, ubicado en el barrio Manila (en la carrera 43 D con la calle 13) abrió su servicio hace tres meses y ya fue objeto de un robo cuantioso que su dueña, Sol Beatriz Uribe, no quiere dejar pasar por alto.
El hurto a Las Tulias ocurrió en una madrugada de un domingo reciente. Sol y su esposo solo se dieron cuenta a mediodía cuando por una corazonada fueron a visitar el local que únicamente abren de lunes a sábado. Al llegar vieron que el candado había sido vencido y que los ladrones se llevaron electrodomésticos y artículos cuyo valor calcula Sol en siete millones de pesos. Los delincuentes dejaron las cortinas metálicas abajo, posiblemente con la intención de continuar el robo en la madrugada siguiente.
Por la manera en que encontró los elementos de seguridad de la puerta, el cerrajero aseguró que se habían tomado mínimo hora y media para abrir el candado. La pregunta que se hace Sol, después de lo perdido y la impotencia que causa no haberlo evitado, es: “Si estamos a una cuadra de la Estación de Policía El Poblado y pagamos vigilancia privada en una cooperativa… ¿por qué nadie se dio cuenta?”.

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Policía alerta sobre vigilancia privada informal
Los vigilantes privados a los que se refiere Sol pasan cada mes y recogen los 60 mil pesos que cobran por ofrecer un servicio con el que los comerciantes creían sentirse más tranquilos. Ahora no pueden dejar de tener cierta desconfianza. Pero esto va más allá de la suposición. El comandante de la Estación de Policía de El Poblado, teniente coronel Fabio Rojas, afirma que, según investigaciones que han hecho, “los vigilantes se dan cuenta de todo y acceden a información privilegiada del funcionamiento de los locales comerciales, por lo que en ocasiones son cómplices”.
A manera de alerta, agrega el comandante Rojas que en El Poblado existe la costumbre de hacer uso de la contratación privada informal de vigilancia. Esta la ofrecen diferentes cooperativas ubicadas en la comuna 14. Son informales, dice, “porque no cuentan con el respaldo de la Superintendencia de Vigilancia”. Además, insiste: “Esta estrategia no es garantía de seguridad para la ciudadanía, al no tener alianza con la fuerza pública y al ser empresas privadas con intereses personales”.

Otras quejas
“Quiero denunciar que hay mucha inseguridad en este sector. Además del robo que hicieron en mi local, de día se roban los retrovisores de los carros, a una vecina se le entraron por una ventana y le hurtaron objetos personales, y a nosotros nos acaban de robar también las tapas de los contadores. Necesitamos más seguridad”, dice Sol, angustiada.
Como si fuera poco, manifiesta, hay otros asuntos que deterioran la calidad de vida en Manila, como son las basuras y la presencia continua de habitantes de calle, quienes suelen removerlas y dejar los residuos esparcidos por la zona. En Las Tulias, donde ofrece almuerzos ejecutivos, suele pararse a manera de policía a custodiar la entrada al local, para evitar que ingresen a intimidar a los clientes algunos indigentes, quienes, según Sol, gritan obscenidades si no los deja pasar. Confía en que la Policía haga más presencia en el sector.

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